Las redes de trata de seres humanos que operan en Barcelona están cambiando los objetivos de su actividad con el fin de aumentar su explotación. Así, a la prostitución se le añaden el tráfico de órganos, la mendicidad, la comisión de delitos y la servidumbre doméstica, según ha detallado este lunes la concejala de Feminisimos y LGTBI, Laura Pérez, en la presentación del informe de la Unidad Municipal Contra el Tráfico de Seres Humanos (UTEH), correspondiente al 2018 y 2019.
Del estudio se desprende que, por primera vez, entre las 363 víctimas de trata atendidas por la UTEH se han detectado seis casos de matrimonios forzados y tres de tráfico de órganos. En concreto, las mujeres sufren una explotación más sexual, mientras que en los hombres es más laboral, así como la mendicidad.
Más víctimas masculinas
La concejala Pérez ha destacado el aumento de las íctimas hombres, que han pasado de ser cuatro en 2017 a 21 en 2019. De hecho, las unidades familiares atendidas en estos dos últimos años muestran una diversificación en género y en nacionalidad, incluyendo afectados de trece nacionalidades diferentes.
Y, en concrreto, dos tercios de las víctimas de trata atendidas por la UTEH están en España en situación irregular. Así, la nacionalidad nigeriana se mantiene en el top, con el 43% del total de personas atendidas en 2018.
Peor con la pandemia
Sobre el impacto de la pandemia en estos delicados casos, la concejala ha resaltado que el confinamiento ha agravado la necesidad de vivienda, que es el principal problema de las victimas de trata. Aún sin poder facilitar datos de este año para apoyar sus argumentos, Pérez ha explicado que se ha agravado la presión que sufren las víctimas de la trata por el pago del alquiler.
Asimismo, ha aumentado la presión de las redes para conseguir dinero y se ha producido un incremento de embarazos no deseados por el confinamiento, la convivencia con los agresores y la falta de métodos anticonceptivos. La concejala ha sostenido que en este contexto de crisis hay que estar alerta ante la deriva de algunos países y los nuevos movimientos migratorios que amparen estas redes de explotación económica de personas.