Efectivos de la Guardia Civil ha detenido a cuatro personas por los delitos de tráfico de armas y municiones, depósitos de armas y de municiones, depósitos de explosivos y tenencia ilícita de armas de fuego prohibidas.
La operación, por la que también se somete a investigación a dos personas más, se ha desarrollado en las provincias de Barcelona, Lleida, Madrid, Vizcaya, Pontevedra y Zaragoza, dentro del marco de la operación Salvado-Ermas. Esta intervención ha permitido desmantelar el mayor punto de venta ilegal de municiones en España a través de Internet.
Operación iniciada en 2018
El operativo ha efectuado diez entradas y registros que han posibilitado intervenir un buen número de armas y otros efectos y es el resultado de un trabajo que la Guardia Civil inició en 2018 cuando detectó que uno de los detenidos había vendido parte de las armas incautadas en Asturias, dentro de la operación Golalde.
La investigación averiguó que el principal objetivo, vecino de la provincia de Madrid, llevaba más de cinco años vendiendo ilegalmente munición, sobre todo a personas que poseían armas de fuego también de forma ilegal.
Taller clandestino
Durante todo este tiempo, los detenidos consiguieron vender más de 36.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres, tanto para armas cortas, como largas, incluida munición de guerra, según ha informado la dirección general de la Guardia Civil en una nota de prensa.
Para fabricar parte de la munición, disponía de un taller clandestino donde, además de los 18.000 cartuchos ya elaborados, se le intervinieron más de 100 kilos de proyectiles, vainas, cebadores y pólvora, así como de la maquinaria y herramienta necesaria para la fabricación artesanal de cartuchería metálica de 30 calibres diferentes, que posteriormente comercializaba de forma ilícita a través de Internet.
Armas listas para usar
La Guardia Civil explica en el comunicado que en el momento del registro de la vivienda de este individuo, tenía una pistola municionada y dispuesta para su uso en la mesita de noche ubicada junto a la cama en la que se encontraba en el momento de irrumpir los agentes. En un local de su propiedad, que utilizaba a modo de almacén de seguridad, se intervinieron un total de 59 armas de fuego ilegales más, la mayoría de ellas envueltas en plástico listas para su venta y entrega a posibles compradores. Una granada de mano, tres granadas de mortero y dos proyectiles de cohetes para cañón sin retroceso y numerosos cañones de arma corta han sido intervenidos.
Los agentes de la Guardia Civil también detuvieron para ser investigado a un hombre en Bilbao al que se le intervinieron 77 armas de fuego, entre armas cortas, largas y prohibidas, que poseía ilegalmente en su domicilio.
Un arsenal
Los efectos incautados en esta operación han sido cien armas cortas --pistolas y revólveres-- y 33 armas largas; cuatro armas de fuego artesanales --cañones trampa--; un bastón escopeta --arma prohibida--; una granada de mano, tres de mortero y dos proyectiles de cohetes; siete pistolas lanza bengalas y dos fusiles lanzacabos; y 29 cañones sueltos de arma corta y cinco tambores de revólver.
Además, se han intervenido 18.196 cartuchos metálicos de diferentes calibres; 75 kilos de proyectiles y 33 de vainas para la fabricación ilegal de munición metálica; 2,5 kilos de pólvora y 11.050 pistones --cebadores-- para la fabricación de munición metálica; y prensas de recarga, empistonadoras y 32 set de DIEs para la fabricación ilegal de cartuchería metálica de otros tantos calibres de arma corta y de arma larga.