Un agente en acto de servicio puede incumplir las restricciones anti-Covid para arrestar a un sospechoso. Es una cuestión de orden público, pero parte de la nueva promoción de la Guardia Urbana de Barcelona se niega a realizar un taller de “defensa y control policial”. Este requiere contacto y tiene lugar en plena pandemia. Tendrá lugar después de haber finalizado el curso básico que les acredita como policías, donde ya se les enseña a “esposar” y “reducir”, precisamente, el objeto de esta formación complementaria. Así, desde el sindicato CSIF denuncian que el Institut de Seguretat Publica de Catalunya (ISPC) marca dicha formación como “voluntaria” pese a que la jefatura del cuerpo local la "ha impuesto como obligatoria”.
“Una materia ya incluida en el curso básico de la escuela, pero además, en plena emergencia sanitaria por el Covid-19, no es prudente ni recomendable someter a los agentes a una exposición innecesaria, en contra de los criterios establecidos por las autoridades para frenar los contagios”, indica su portavoz, Eugenio Zambrano.
Agentes sin vacaciones
Los representantes de los trabajadores se quejan de que la intención de la dirección del cuerpo es que el taller en cuestión se imparta durante un periodo, este otoño, en el que los nuevos urbanos --un total de 200-- ya tenían “asignadas y aprobadas” sus vacaciones. También que la jefatura del cuerpo de seguridad de Barcelona haga pasar dicha formación como "indispensable" cuando el propio ISPC no lo impone ni a Mossos d’Esquadra ni a otros cuerpos de policías locales. Por ello, el sindicato avanza que si se obliga a los efectivos en prácticas a realizar el curso, lo denunciarán ante Inspección de Trabajo.
Aún hay más. Al rechazo del taller de “defensa y control policial” se suma la petición de realizar otro, que no implica ningún riesgo frente al virus, y que resulta "esencial", apuntan, para los nuevos efectivos: el curso básico de prácticas de regulación de tráfico. Y es que, señalan desde CSIF, todos los “agentes que prestan servicio en la vía pública necesitan disponer de unos conocimientos básicos” al respecto, para “no comprometer su integridad física en cualquier actuación”. Algo tan básico, considera la organización de agentes, como “saber situarse en un cruce, o conseguir aumentar la fluidez de la circulación”. Herramientas “esenciales” para su labor diaria como policías, que no solo influye en su propia seguridad, sino en la del resto de ciudadanos.
Formación obligatoria
Por su parte, desde el consistorio de Barcelona argumentan que estas prácticas viarias se realizarán, pero que todavía se encuentran en “fase de planificación”. Respecto al taller de defensa, fuentes municipales subrayan que toda la formación que los agentes cursan en el ISPC cuenta con “las medidas de seguridad sanitaria” que establece dicho organismo. Indican, además, que “cualquier acción formativa relacionada con la defensa policial es importante y, por tanto, obligatoria” y recuerdan que la pandemia obligó a parar la formación de los entonces futuros agentes durante una parte del curso 2019-2020. Una capacitación laboral, indican, "que les dotará de herramientas para garantizar su propia seguridad y la de los ciudadanos".
Eso sí, no hacen referencia al requerimiento de cursarla durante un periodo que los agentes, con el beneplácito de sus superiores, habían destinado ya a sus permisos vacacionales, y que tampoco se prevé realizar durante su jornada laboral, según denuncia el citado sindicato. CSIF afirma que esto supone un "agravio económico por disponibilidad y desplazamientos sin compensación" para los efectivos en prácticas, y que advierten de que el ISPC está "masificado", ya que allí también se instruye a otros cuerpos policiales y de emergencias.