Clamor contra el cierre de la restauración en Cataluña. Los propietarios de bares y restaurantes se han concentrado este mediodía a las puertas del Palau de la Generalitat para protestar contra el parón impuesto por el Govern. Bajo los lemas "No somos el problema" y "La hostelería es segura", decenas de manifestantes han mostrado su indignación ante una medida que para el sector supone la ruina.

El Gremi de Restauració, Fecasarm, Fecalon, Acegal y otras entidades del sector han secundado una manifestación que llega horas después de que el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) haya publicado las restricciones. Así, la orden de cierre se ha hecho efectiva a medianoche y este viernes, por lo general, los establecimientos de restauración no han levantado las persianas.

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Manifestación en Barcelona contra el cierre de la restauración / EP

Unidad en el sector

En la primera jornada de cerrojazo, las organizaciones más representativas han unido fuerzas para elevar su voz contra la prohibición de apertura. La convocatoria ha llenado la plaza Sant Jaume tanto con trabajadores como dueños de negocios de la capital catalana, algunos de los cuales han acudido al acto vestidos con su uniforme de trabajo. Los afectados han reclamado una inyección de fondos para paliar el daño que supondrá la inactividad durante, al menos, dos semanas.

La protesta coincide con un estudio demoledor de la patronal Pimec que cifra en 780 millones los ingresos perdidos para el sector durante los 15 días de cierre. Además, la organización presidida por Josep González ha alertado de que la línea de 40 millones en ayudas ofrecida por la Generalitat es completamente insuficiente para aliviar a las empresas.

El ocio nocturno se suma

A la concentración de la plaza Sant Jaume se han sumado también los trabajadores del ocio nocturno, que permanece cerrado desde el pasado julio y cuyas principales entidades se manifestaban hoy también ante la Catedral de Barcelona.

Algunos de los congregados han lanzado huevos a la fachada de la Generalitat, mientras otros han continuado, con pitos y bocinas, por vía Laietana, la plaza Urquinaona y otras arterias del centro de la capital catalana.