Estudios recientes reflejan que un importante porcentaje de menores consumen contenidos impropios de su edad, sin vigilancia paterna y sin la base psicológica suficiente. Eso, lógicamente, provoca daños que de no ser controlados con diligencia pueden provocar problemas perpetuos en los más jóvenes. Males psicológicos de larga duración, adicciones o modos de conductas peligrosos son algunas de las secuelas que se apoderan de los hijos en un momento de su vida en el que la manipulación puede resultar excesivamente dañina.
En otras palabras, si su crecimiento físico y mental no va acompañado del control de los adultos las consecuencias pueden ser muy negativas. Y, según parece, el control parental tecnológico no basta. Como ejemplo, valga que siete de cada 10 (el 68,2%) adolescentes accede a contenidos pornográficos en internet a los 12 años, según el informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia que ha elaborado Save the Children para estudiar el consumo de contenidos sexuales entre la población adolescente y el impacto que estos tienen en sus relaciones y su desarrollo.
El 90% de los menores tiene acceso a internet
La preocupación de los padres por los contenidos digitales que actualmente están al alcance de los hijos es inversamente proporcional al desconocimiento que existe sobre a qué temáticas están accediendo realmente. La inmadurez y, en no pocas ocasiones, la falta de autoestima les muy fáciles de manipular.
Una encuesta de Enseñanzas Secundarias de España (ESTUDES), arroja que el 95% de los menores de edad son internautas habituales, más del 70% dispone de teléfono móvil y el 30% de los menores de 10 años acceden ya a internet. Esta cifra llega al 80% en el caso de los menores de 13 años y al 90% en el caso de los menores de 15 años.
La preocupación crece
Otro estudio este del Instituto Nacional de Estadística (INE), señala que el 99% de los adolescentes pueden entrar en la red. Además, los hábitos de consumo de estos menores ha cambiado ya que el 72% de ellos reconoce ver diariamente más contenido en Youtube que en la televisión. Este informe también señala que el 86% de estos jóvenes acceden a ella sin sistemas de filtrado de contenido inadecuado. De este modo, entre el 28% y el 38% se ve expuesto a contenidos inapropiados o nocivos.
Tal es la preocupación en la sociedad que diferentes organismos, entidades y agrupaciones que centran su actividad en la seguridad física y emocional del menor que incluso la Comisión Mixta Congreso-Senado para el Estudio del Problema de las Adicciones ha solicitado al Gobierno que refuerce la recogida de la información sobre uso inadecuado y compulsivo de Internet.
Pornografía, apuestas, violencia de género…
El fácil acceso a la pornografía que existe hoy en día en internet, juegos online, apuestas y juegos de azar o contenidos que fomentan trastornos alimenticios y la anorexia o incluso el suicidio se han popularizado en exceso en la red, sin olvidar aquellas webs que fomentan el machismo, el racismo, la xenofobia e incluso la violencia de género. Esta manipulación puede llevarles a considerar como valores positivos actitudes altamente censurables en una sociedad sana.
Las redes sociales, que bien utilizadas son una herramienta positiva, pueden en cambio comportarse como cómplices involuntarias de la extensión de estos contenidos inapropiados.
Las secuelas
El Centro de Seguridad en internet para menores de edad en España, IS4K (Internet Segura 4 Kids) ha determinado una serie de secuelas provocadas por el contenido inapropiado al que tienen acceso los menores de edad.
- Daños psicológicos y emocionales. El menor posee una madurez y una autoestima en desarrollo, por lo que es más vulnerable a nivel emocional cuando se encuentra con contenido pornográfico o violento. Pueden llegar a resultarles perturbadores y causarles fobias y trastornos.
- Desinformación, manipulación y construcción de falsas creencias. Como todavía no han alcanzado el grado de madurez, los contenidos falsos y sin rigor pueden confundirles.
- Establecimiento de conductas peligrosas o socialmente inapropiadas. Los menores pueden asumir determinados contenidos como ciertos y positivos, y adoptarlos en forma de conductas o valores dañinos: sexismo, machismo, homofobia, racismo, etc.
- Daños para la salud física. Algunos contenidos tienen como objetivo la promoción de desórdenes alimenticios (anorexia y bulimia), conductas de autolesión o consumo de drogas. Otros pueden animar a los menores a realizar actividades potencialmente peligrosas para su salud, como algunos vídeos o cadenas virales.
- Inclusión en grupos y colectivos dañinos. Acceder a determinados contenidos puede acercar al menor a colectivos extremistas, violentos o racistas, así como a sectas de carácter ideológico o religioso, grupos políticos radicales, etc.
- Adicciones. El acceso a contenidos inapropiados sobre drogas, sexo y juegos de azar puede favorecer la aparición de adicciones. Los menores no tienen suficiente capacidad crítica para saber que son perjudiciales y valorar los riesgos y consecuencias que conllevan.
- Gastos económicos. Los menores son más vulnerables a la hora de interpretar y gestionar la publicidad excesiva a la que están expuestos en internet y pueden acabar consumiendo de forma compulsiva. Además, pueden llegar a darse de alta a suscripciones de pago.
Consejos
Frente a estos peligros, IS4K propone una serie de consejos que pueden ayudar a paliar las consecuencias de ver contenidos inadecuados si ya han hecho mella en los hijos.
- Mantener la calma. Es fundamental reaccionar con serenidad y no culpabilizarle. Lo más importante a la hora de buscar soluciones es mantener la comunicación y la confianza del menor.
- Ofrecer información apropiada. Es importante ofrecerle las respuestas que necesita y no ignorar su curiosidad o necesidad de conocimiento.
- Apoyo al menor. Debe saber que cuenta con ayuda y comprensión. Si el menor no se siente apoyado, es fácil que busque respaldo y protección en colectivos poco recomendables.
- Denuncia. En los casos más graves, como comunidades peligrosas o fraudes, y más aún cuando las víctimas son menores, es importante hacer constar a las autoridades el problema para poder atajarlo y evitar que se complique aún más. Para ello, hay que acudir a los departamentos correspondientes de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad.