El propietario de un chalet en Tarragona se ha visto obligado a dormir en una pensión después de que varios individuos lo hayan ocupado. Los allanadores aprovecharon que José María Calderón se había instalado en Barcelona, en casa de su hermano durante el estado de alarma, para hacerse con la vivienda y montar allí una plantación de marihuana

Esos fueron los primeros okupas. Calderón logró expulsarles, pero el pasado jueves, llegaron los nuevos. Más conflictivos, que no atienden a razones, y que hicieron que la primera noche el hombre durmiese en su propio coche.

Sin derechos

Según ha narrado el afectado al Diari de Tarragona, a pesar de las gestiones de los Mossos d'Esquadra y de la policía local de Cambrils, donde se ubica el chalet, los allanadores, dos adultos y dos jóvenes, se niegan a irse. Mientras tanto, el propietario se ha visto abocado a pagar un alojamiento. 

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Durante las últimas semanas, vecinos de diferentes zonas del territorio catalán han denunciado el incremento de allanamientos y la impunidad de quienes los perpetran. Manifestaciones de residentes, e incluso enfrentamientos con los delincuentes para tratar de expulsarles de las casas ocupadas, por el desamparo legal ante el que se encuentran.

Nueva instrucción

Por este motivo, la fiscal general del estado, Dolores Delgado, avanzó el lunes que, "en los próximos días", dictará una instrucción para abordar el tratamiento de la ocupación en toda España. "Un fenómeno delictivo" que requiere señaló, "una acción específica".