Las escuelas infantiles de Cataluña han experimentado un descenso medio del 60% en las matriculaciones de niños respecto al mes de septiembre de 2019, según los datos que maneja la asociación de escuelas infantiles de Cataluña. Por el contrario, aplicaciones para buscar niñera como Sitly y Nannyfy han incrementado las solicitudes de canguro un 225% y un 175%, respectivamente, durante el último mes, especialmente para niños de entre 0 y 6 años, cuya escolarización no es obligatoria.
Esta tendencia parece mostrar que los padres están encontrando en la figura del cuidador una alternativa a dejar a los más pequeños de la casa en los centros, punto de mira durante las últimas semanas ante el foco de contagios que pueden suponer en el marco de la pandemia de coronavirus.
Niños en clase después del confinamiento / CG
Miedo o situación económica
La consejera delegada de Nanify, Claudia de la Riva, cree que “la incerteza que generan las medidas tomadas por el Gobierno y la educación respecto a la vuelta al cole ha hecho que los padres tomen las riendas” de la situación. En sus palabras, los progenitores "tienen miedo" de que, cuando empiece el mal tiempo, los niños empiecen a tener mocos y fiebre y tengan que quedarse en casa. "Saben que acabarán pagando la guardería y la canguro”, explica.
Por su parte, Adolf Baqués, educador de la escuela infantil Saltiró y miembro de la junta de la asociación de escuelas infantiles de Cataluña, cree que el descenso de matriculaciones en los centros educativos se debe a la situación económica. “Cuanto más desfavorecida es la zona en la que se encuentra la escuela infantil, más descienden las matrículas”, señala.
Teletrabajo y niños: misión imposible
Patricia Adam, encargada del departamento de comunicación de Sitly, señala que “los padres hicieron auténticos malabarismos el último trimestre del curso con el trabajo, la enseñanza telemática y el cuidado de sus hijos. Ahora se añade el problema de tener que acudir físicamente a los puestos de trabajo”. Es por eso que, en opinión de Adam, los progenitores buscan de forma masiva otra opción.
“En caso de cerrar los colegios por rebrotes o volver al formato semipresencial, ¿quién se encargará de los niños?”, subraya Adam. En su opinión, los padres “necesitan un plan B para cubrir cualquier posible imprevisto”. Y ese pasa, de forma necesaria, por un cuidador externo.
Niñeras online, ¿la solución?
Durante el confinamiento, Nanify lanzó un nuevo servicio: las niñeras onlines, cuya demanda ha crecido un 70% mensualmente desde marzo, según De la Riva. Ahora, la aplicación lanza la herramienta Nanify TV, donde particulares y empresas podrán disponer de contenido digital pregrabado como clases de manualidades, arte o inglés, así como acceder a directos con niñeras y otros niños.
“En vez de ponerles la tele mientras teletrabajamos podrán utilizar estos contenidos, fomentando así el aprendizaje oculto entre los pequeños”, subraya la consejera delegada del grupo.
La reinvención de Nannyfy a Nannyfy TV / NANIFY TV
¿Qué es más seguro?
Si bien todas las aplicaciones de canguros especifican que sus empleadas siguen de forma estricta las normas de prevención ante el coronavirus, desde la asociación de escuelas infantiles subrayan la controversia. “Estas niñeras no pasan ningún control ni por parte de los inspectores ni de las autoridades”, indica Baqués.
“Nuestras empleadas son tituladas superiores en educación y las instalaciones pasan un control constante a nivel educativo, sanitario e incluso penal”, concreta el responsable, quien explica que ninguno de los 100 centros que forman parte de su asociación han notificado casos de contagio. “¿Quién controla a un canguro que has encontrado en una aplicación? ¿Qué inspector va a ver cómo se comporta o en qué estado higiénico tiene la casa cuando no estás?”, asevera.
Podría afectar al desarrollo de los niños
“Una persona que decide tener una canguro está pensando más en su tranquilidad que en la necesidad del niño”, defiende Baqués, quien cree que apartar a los más pequeños del entorno educativo “perjudica su desarrollo físico, intelectual y emocional”. En palabras del educador, “relegamos las necesidades de los infantes a un segundo plano, por detrás de las de sus padres”.
La psicopedagoga Francisca Tormo defiende esta idea y destaca que, para los más pequeños, "es de vital importancia relacionarse y estrar entre iguales". En su opinión, el problema no radica tanto en el nivel académico que puedan perder o no llegar a conseguir, ya que esto "lo suplen con facilidad en los cursos siguientes", sino en la "falta de ciertos estímulos muy necesarios durante esta etapa de la vida". En ambientes como los que ofrecen los centros infantiles, los niños "aprenden a expresar sus emociones, a afrontar las situaciones del día a día y a saber gestionar su nivel de frustración", en palabras de Tormo.
"En casa tienen lo que quieren porque no son tratados como iguales por sus padres o cuidadores, pero ante otro niño el contexto es más exigente", recalca la psicopedagoga, que aboga por no anteponer la comodidad de los progenitores al correcto crecimiento de los infantes. "No podemos estar llevando al niño todo el verano al parque o a la piscina y luego preocuparnos porque debe ir a clase", sentencia la experta.