Ataque caníbal de un pasajero a un vigilante de seguridad en Terrassa (Barcelona). Un pasajero sin billete mordió y arrancó un pequeño trozo de pierna a un guardia en la tercera mayor ciudad catalana al tratar de saltarse, sin éxito, un control de abonos. Los hechos acabaron con el viajero interceptado por los Mossos d'Esquadra y con el trabajador herido leve.
Han informado de ello fuentes cercanas al incidente, que han precisado que el suceso tuvo lugar el miércoles sobre las 21:00 horas en la estación de Vallparadís Universitat. Un pasajero que llegaba al apeadero se topó de frente con un control de billetes formado por varios vigilantes e interventores de Ferrocarrils de la Generalitat de Cataluña (FGC). El usuario no había comprado su título de transporte, por lo que trató de eludir el control, Fue interceptado. Después, intento huir, pero los vigilantes le redujeron hasta la llegada de los Mossos d'Esquadra. En el ínterin, el viajero golpeó y mordió en una pierna a un vigilante, llevándose un pequeño pedazo de carne del agente.
Los sindicatos piden cámaras portátiles
Preguntado por la cuestión, una portavoz de los Mossos d'Esquadra ha confirmado el incidente, pero ha recalcado que nadie ha interpuesto denuncia sobre el mismo. Por su parte, el sindicato ADN Sindical, mayoritario en el sector de la seguridad privada, ha pedido equipar a los vigilantes con cámaras portátiles para "contrarrestar los vídeos sesgados sobre las actuaciones de los compañeros y fiscalizar sus intervenciones, tanto las buenas como las malas".
Cabe recordar que la propia agrupación presuntó a la Agencia Española de Protección de Datos (Aepd) y recibió el plácet del ente que vela por el buen uso y trato de los datos personales de los españoles. Es por ello que, ahora, ADN emplaza a los operadores de transporte a equipar a los efectivos con estos dispositivos.
Cataluña, punto negro de agresiones
Sean cuales fueren las demandas de la parte social, lo cierto es que Cataluña es un punto negro de ataques a vigilantes de seguridad. Así figura en un informe de la Asociación de Directores de Seguridad Privada (Adispo), que recoje los datos del primer semestre de 2020. Según esta investigación, la región catalana copó la mayor parte de agresiones, nueve, frente a las siete de Baleares y las seis de País Vasco. Autonomías con población similar, como Andalucía (4), quedan muy por detrás.
Con lo que respecta a los lugares de los lugares en los que se producen los encontronazos, el mismo trabajo apunta a que el transporte público (18%) es el principal foco de asaltos a los profesionales de la seguridad.