La vuelta al cole tras la pandemia llegará con otra novedad: la eliminación de la sexta hora escolar. La renuncia de muchos centros --avalada por el Govern aprovechando la situación del Covid-19, que requería reducir las ratios de profesores por aula-- obligará a las familias a modificar sus horarios para recoger a sus hijos en la escuela. Eso sin contar con las consecuencias formativas para el alumnado.
Los padres y madres tienen dos alternativas: o cambiar su rutina personal o pagar el servicio de acogida. Sin embargo, la ausencia de becas implica un gasto añadido en plena crisis económica. Pese a que la Generalitat ha presupuestado 48 millones de euros para atender las necesidades específicas de los centros con sexta hora, este dinero no está pensado para compensar este servicio a las familias.
Un gasto imprevisto
T. lleva a su hijo de siete años a un colegio de la comarca del Gironès. La dirección decidió hace semanas prescindir de esta recurso el próximo curso académico. La marcha atrás ha caído como un jarro de agua fría: "Nos perjudica económicamente. En mi escuela, la acogida cuesta 1,75 euros si no se forma parte del ampa. Esto por cada franja, tanto por la mañana como por la tarde. O sea que son unos 70 euros al mes".
Además del elevado coste, T. ya piensa en cómo organizarse en septiembre: "Mi padre trabaja y lo tiene difícil, quizá puedo recurrir a una persona de confianza... aunque al mediodía se le puede dejar en el comedor, esto es un jaleo". Crónica Global ha conocido otros casos parecidos, aunque no han querido aportar sus testimonios.
Alumnos vulnerables
La sexta hora se instauró en la época del tripartito para reforzar los centros de primaria en toda la comunidad. Pero con los recortes del gobierno de Convergència, se conservó este mecanismo tan solo en 500 instalaciones clasificadas como de alta o máxima complejidad, la inmensa mayoría de titularidad pública. Belén Tascón, presidenta de FaPaC (Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Cataluña), explica que estas escuelas se han seleccionado por el perfil especialmente vulnerable de sus estudiantes.
En este sentido, estos colegios suelan encontrarse en áreas masificadas como el barrio de Ciutat Vella (Barcelona), o bien en áreas con índices elevados de segregación social como Salt y Terrassa --en estas dos localidades, las direcciones han renunciado a esta ampliación lectiva--. Por este motivo, Tascón ve la retirada como un retroceso de derechos que difícilmente se recupere: "No es el momento adecuado para realizar este planteamiento. Además, cuando se toman estas medidas, luego no se suele dar marcha atrás".
Recortes en el peor momento
Tampoco CCOO ve con buenos ojos la pérdida de esta hora adicional: "No nos gusta que quiten un recurso que tienen las escuelas públicas y no lo hagan en la concertada. Desde su implementación en 2005, estuvimos de acuerdo en llevar este aumento a todos los centros, porque además dotaba de más profesores al sistema", explica Manuel Pulido, secretario general de Educación del sindicato.
Varias ampas se han sumado al rechazo, aunque también han cargado contra los equipos docentes. El Colectivo de Escuelas contra la Segregación publicó un comunicado en que denunciaba el repliegue de la política "con estupefacción": "Sin conocer las auténticas motivaciones, se nos hace difícil de entender esta decisión de las direcciones, atendiendo a la renuncia implícita a los recursos adicionales que acompañan a la sexta hora".