“Son barrios muy masificados, con personas que viven en habitaciones. Ahora están saliendo a la luz las políticas sociales que se han aplicado”, denuncia Loli Colás, presidenta de la Asociación de Vecinos de Collblanc-Torrassa, dos de las áreas de L’Hospitalet de Llobregat donde la Generalitat ha pedido reducir los movimientos para frenar la propagación del coronavirus.
La consejera de Salud de la Generalitat, Alba Vergés, realizó en la tarde de ayer una “llamada a no socializar” a los vecinos de los barrios de La Torrassa, La Florida y Collblanc. Aunque, a diferencia de Lleida, el aislamiento no será una obligación, sino una recomendación que se prevé aplicar durante los próximos 15 días. Con todo, los vecinos de las zonas afectadas reconocen que la situación es “complicada”. “¿Pesa más la economía, la política o la salud?”, se preguntan. La región sanitaria Metropolitana Sur, a la que pertenece L’Hospitalet, registró 129 nuevos casos el martes, que se suman a los 300 que había activos el lunes.
Aglomeración de población
Entre las medidas para frenar la transmisión figuran la prohibición de reuniones de más de 10 personas, la limitación de aforo en el interior de bares, comercios y mercados y aumentar la distancia en las terrazas. Sin embargo, los vecinos apuntan a la propagación del Covid-19 como un problema estructural propiciado por la fuerte aglomeración de población en estos barrios. Según manifestó Eurostat en 2016, ya entonces eran las zonas con mayor densidad de Europa, con hasta 70.000 habitantes por kilómetro cuadrado. Ante el tamaño reducido de las viviendas, la distribución aboca a los vecinos a hacer vida en la calle, donde resulta casi imposible mantener la distancia social.
“La pandemia ha hecho resurgir los problemas del barrio. La gente tiene la necesidad imperiosa de salir a la calle, era de cajón que hubiera rebrotes. Esto ha dejado al descubierto que el Ayuntamiento y los gobiernos no se han puesto las pilas”, afirma Colás, que lamenta los efectos que todavía arrastra la zona a consecuencia de la primera oleada: “Ha sido muy triste no poder dar alimentos a toda la gente que ha venido a la puerta de la asociación”.
“En muy pocos kilómetros cuadrados vive mucha gente"
Preguntada al respecto, Vergés reconoció en su intervención de ayer que la densidad de población de estos barrios --los más cercanos a Barcelona-- es un asunto que “preocupa” al Govern. “En muy pocos kilómetros cuadrados vive mucha gente y en cualquier cosa de la vida diaria puede haber un contacto no querido con muchas personas. Las condiciones de vida afectan al riesgo de transmisión”, añadió.
Las recomendaciones para los barrios de La Torrassa, La Florida y Collblanc, que concentran cerca de 100.000 personas, pasan por realizar salidas de casa solo para ir al trabajo, al centro de salud, realizar compras básicas u otros casos de fuerza mayor. Asimismo, también se prohíbe el consumo en las barras de los bares y se pide pedir para llevar a casa para frenar el contacto entre los vecinos.