El 9 de junio se celebró el juicio contra H.R., un presunto traficante del barcelonés barrio del Raval, por dos denuncias, del total de 13, que vecinos de las calles Salvador y Sant Antoni Abad han interpuesto contra él por amenazas durante el confinamiento. Una magistrada impuso al hombre una multa de 300 euros --a razón de 6 euros al día, durante 50 días--, y también una orden de alejamiento de tres meses, pero el juzgado no ha conseguido notificar el fallo al condenado, y este sigue atemorizando a los residentes.

Así lo denuncia uno de ellos, C.B., quien presentó una de las quejas formales contra el ahora condenado. “A pesar de la sentencia, se pasea tranquilamente por las dos calles. La policía le tiene localizado, porque se lo hemos dicho, y desde el juzgado nos dan largas. Pasó lo mismo para notificarle la citación, porque el domicilio que él ha facilitado no es donde reside, y seguimos esperando”, lamenta.

Amenazas

H.R. sigue increpando a los vecinos, explica este residente. En total, forman un grupo de 70 personas que, durante el estado de alarma, se unieron para denunciar la inseguridad que sufrían en sus calles. Así han interpuesto 15 quejas, 13 de las cuales están pendientes de resolución, aunque ya les han notificado que otro de los juicios se celebrará en noviembre.

Tras sus quejas, a la espera de que el hombre que les atemoriza abandone por fin la zona, el juzgado ha activado por fin este viernes la orden para que sean efectivos de Mossos d’Esquadra quienes localicen al condenado y le notifiquen la sentencia. Cuando eso suceda, el individuo, que ha protagonizado diversos incidentes violentos en el barrio --algunos con catana incluida--, tendrá cinco días más para realizar alegaciones y, cuando se agoten, será cuando la orden de alejamiento entrará por fin en vigor. La victoria que celebraron los vecinos al conocer el fallo tiene sabor agridulce, ya que a la espera se suma aguardar la reacción que tendrá H.R. al enterarse de que ha sido condenado.

Vecinos sin protección

“Si todas las órdenes de alejamiento funcionasen igual estaríamos todos muertos”, critica C.B., sin intención de frivolizar. No entiende cómo el procedimiento establecido retrasa la aplicación de la condena a pesar de que supone un riesgo para los denunciantes. Algunos de ellos se cruzan al individuo que les amenazó cada mañana cuando van a trabajar, y éste se encuentra en el cruce entre Sant Antoni Abad y Sant Climent. “Indefensión total”, apunta el denunciante.

Calles del Raval donde los vecinos denuncian robos y trapicheo / GOOGLE EARTH

Durante la reclusión, han sido testigos directos de la venta de droga y los robos que tienen lugar en sus calles. Unos incidentes que han observado --e incluso inmortalizado-- desde sus balcones, con las consecuentes llamadas tanto a Guardia Urbana como a la policía catalana. La presencia de agentes, relatan, ha aumentado durante las últimas semanas, aunque ello no impide que cuando se marchan la situación vuelva a descontrolarse.

Plan de choque contra la inseguridad

La ausencia de turistas ha hecho que los delincuentes se ceben con los residentes. De hecho, el propio jefe de la Urbana, Pedro Velázquez, ha admitido su “preocupación” por los robos violentos de las últimas semanas en el distrito de Ciutat Vella. También el teniente de alcalde de seguridad, Albert Batlle, quien apuntó a un “grave problema” de inseguridad en esta zona de Barcelona. Para atajarlo, el consistorio ha aprobado un plan de choque para el “abordaje integral” de la delincuencia en el centro de la ciudad.