Un equipo de expertos del Centro de Investigación del Sida IrsiCaixa ha descrito el primer caso de un hombre portador del VIH cuyo virus es resistente a todos los fármacos antirretrovirales orales en uso, excepto a uno. O lo que es lo mismo, se ha mostrado insensible a 25 de los 26 medicamentos probados. Esta anomalía la publica la revista The Lancet Microbe.
Se trata de un hombre de 41 años que fue diagnosticado en 1989 y empezó a tomar un tratamiento antirretroviral en la década de 1990, con los primeros medicamentos de baja eficacia, y desde entonces ha probado 14 fármacos diferentes que solo han conseguido controlar parcialmente la infección.
Tres posibilidades
Es la primera vez que los expertos se encuentran con una persona portadora del virus que se muestra resistente a las cinco familias de fármacos orales que se usan de forma habitual. La investigación advierte de que, aunque la identificación de un caso aislado no supone un riesgo de salud pública, sí es necesario hacer monitorizaciones para identificar y contener la potencial aparición de virus panresistentes.
Según ha explicado el líder del estudio, Javier Martínez-Picado, estas resistencias son causadas por una o más mutaciones en la estructura genética del virus, que afectan a la eficacia de un fármaco o de una combinación de ellos a la hora de bloquear la replicación viral y que pueden darse en personas expuestas --durante los primeros años-- a fármacos antirretrovirales que no eran tan eficaces como los actuales, tras una posible falta de regularidad en la toma de los medicamentos o porque directamente se infectan con un virus que ya es resistente.
Urge desarrollar nuevos fármacos
En noviembre de 2015 se le empezó a administrar un inhibidor de integrasa de nueva generación, más eficaz y con menos probabilidades de generar resistencias. Pero, después de una mejoría inicial, el tratamiento volvió a fracasar en junio de 2016. Lo mismo que le ha sucedido con cada tratamiento, excepto con uno.
La investigadora de IrsiCaixa y primera autora del trabajo, Mari Carmen Puertos, ha asegurado que un único medicamento no tiene eficacia contra el VIH porque el virus "encuentra fácilmente otras vías de escape", por lo que es necesario administrar terapias que combinen diversas familias y bloqueen diversas fases del ciclo de infección del virus.
Para que el tratamiento contra el VIH sea efectivo, es necesaria la acción conjunta de al menos dos fármacos de distintas familias, por lo que el trabajo subraya la importancia de "desarrollar nuevos medicamentos que funcionen por vías alternativas y a los que estos virus no hayan desarrollado resistencias".
El riesgo de las multirresistencias
"Este caso ilustra el riesgo de las multirresistencias en el VIH, pese a la diversidad de antirretrovirales existentes. Ello evidencia la urgencia de desarrollar nuevos antirretrovirales a los que ninguna variante del VIH se haya expuesto nunca, para que sea imposible que el virus haya generado resistencias", ha subrayado Puertas.
En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de que en algunos países más del 10% de las nuevas infecciones por VIH se producen con virus que han desarrollado resistencias. Hasta el momento, la literatura científica había registrado dos casos con resistencias a algunos fármacos de cada una de las cinco familias de antirretrovirales existentes, pero no a todos los medicamentos simultáneamente.
Sin pánico, pero con precaución
Los investigadores apuntan que, en este caso aislado, la única alternativa terapéutica sería el uso de anticuerpos que bloqueen el virus o de un fármaco con nuevos mecanismos de acción, ambas opciones todavía en fase de desarrollo. El artículo destaca también la necesidad de realizar estudios de monitorización que detecten este tipo de casos resistentes y eviten su transmisión.
"No es que haya un virus panresistente circulando, sino que se ha generado en este caso concreto", ha explicado Picado, que pide aumentar la vigilancia epidemiológica dado que pueden aparecer otros virus resistentes y "hay que poder detener una posible cadena de trasmisión a tiempo y evitar infecciones por el VIH sin opciones terapéuticas, como pasó en la década de 1980".