Alentejo, muchos motivos para conocerlo (ahora)
La región más extensa de Portugal, con el Tajo como frontera natural al norte y el Algarve al sur, se postula por su seguridad y proximidad como uno de los destinos internacionales ideales
7 junio, 2020 00:00El Alentejo ocupa casi una tercera parte del territorio portugués y, sin embargo, es un gran desconocido. Es precisamente ese incomprensible anonimato la esencia de su encanto. Su nombre significa “más allá del Tajo”. Extenso, rural, colmado de patrimonio y atractivos. Pintorescos pueblos que engalanan suaves colinas, fortalezas y murallas medievales, restos arqueológicos que evidencian un heterogéneo pasado, grandes extensiones de olivos, viñedos e interminables dehesas de alcornoques; ciudades que son Patrimonio de la Humanidad y un litoral de bellos enclaves costeros, con una playa galardonada como una de las más seguras de Europa. Todo en un entorno donde naturaleza y tradición son absolutas protagonistas.
Elvas y Évora, Patrimonio de la Humanidad
A escasos kilómetros de Badajoz se encuentra Elvas. Posee las fortificaciones abaluartadas más grandes y mejor conservadas del mundo. Debido a su estratégica ubicación acumula un vasto patrimonio militar: el fuerte da Graça, el de Santa Luzia, los fortines de São Pedro, São Domingos y São Mamede... Recorrer sus 5 kilómetros de murallas es una estupenda manera de contemplar esta agradable villa y descubrir sus numerosos tesoros.
Évora es historia y también arte. Aunque la ocupación humana data de miles de años antes, como se puede apreciar en el Crómlech de los Almendros, el origen romano de la ciudad ha dejado numerosos vestigios como el templo de Diana o las termas romanas.
La bienvenida a la localidad nos la da el impresionante acueducto de Prata (siglo XVI). Ya en su interior el centro neurálgico es la Praça de Giraldo, un estupendo punto de partida para recorrer un entramado de calles adoquinadas mientras vislumbramos la riqueza de la historia en sus edificaciones. Uno de los lugares que despiertan más interés es la iglesia San Francisco, ya que su interior guarda la inquietante Capilla de los Huesos, formada por miles de cráneos e infinidad de restos óseos humanos.
La catedral, conocida como Sé de Évora, es la más grande y una de las más bonitas del país. Debido a que data de los siglos XIII y XIV en su arquitectura convergen románico y gótico. En la antigua universidad, formada por varios edificios, el más insigne y visitado es el colegio del Espíritu Santo. Además el teatro García de Resende, el museo de Arte Sacro y el de Évora o la Fundación Eugenio de Almeida la convierten en una auténtica ciudad-museo.
No lejos de estas dos joyas se encuentra el embalse de Alqueva, el lago artificial más grande de Europa Occidental que se alimenta con las aguas del Guadiana y ejerce de frontera acuática entre España y Portugal. Ocupa una extensión de 250 km2 cuya extensa ribera suma 1.169 km, más que el propio litoral marítimo del Portugal continental. Una suerte de mar navegable con centenares de islas en su interior. Un lugar idílico donde disfrutar de la paz y la belleza de un entorno fruto del territorio y la intervención del hombre.
En sus inmediaciones se encuentran el pueblo medieval de Monsaraz. Atravesar sus murallas es iniciar un viaje al pasado. Calles empedradas y fachadas de cal. Y más al sur, dentro del Parque Natural do Vale do Guadiana, Mértola, un lugar en el que la historia es casi infinita pues tuvo ocupación humana desde la Edad del Hierro. Hasta este puerto fluvial llegaban los fenicios a cargar de vino, cereal y minerales sus barcos. También quedan allí los vestigios de la Myrtilis romana y de la ocupación árabe. Un recorrido por sus museos nos enseñará sus importantes raíces históricas. Muy cerca se encuentra Pulo do Lobo, un salto de aguas de 15 metros que hace que el Guadiana no pudiese ser remontado en barco, de ahí la importancia histórica de este municipio.
La lista de ciudades por visitar en la región es larga: Beja, Santarém, Serpa, Castro Verde, Portalegre, Marvao… son igualmente lugares cautivadores donde evadirse.
Costa Alentejana. La emoción del Atlántico
El litoral alentejano es un destino perfecto especialmente durante los meses de verano. Parajes naturales increíbles, playas amplias y accesibles, escarpados acantilados y pueblos de ensueño no son una mala carta de presentación.
La península de Troia, próxima a Lisboa, se ha ganado merecida fama de paraíso eco-chic por su compromiso con la sostenibilidad. Playas idílicas y alojamientos exclusivos en esta paradisiaca lengua de tierra, hábitat de una variada fauna y refugio de celebrities.
European Best Destination, la organización destinada a la promoción turística europea, ha distinguido a la playa de Comporta como una de las más seguras para este verano. 20 km de interminables arenales que comparten espacio con hermosos arrozales en una de las regiones menos afectadas por la pandemia.
Continuando hacia el sur, siguiendo la línea de costa, nos esperan lugares increíbles como Lagoa da Sancha, un edén para los submarinistas; Sines, cuna del explorador Vasco de Gama; el Parque Natural del Sudoeste Alentejano; la extensa playa de Malhão; Vilanova de Milfontes o Zambujeira do Mar.