El cardiólogo catalán Valentín Fuster afirma que los pacientes que sufren complicaciones graves por el coronavirus y son tratados con anticoagulantes, tienen la mitad de probabilidades de morir que aquellos que no reciben este tipo de fármacos.
El hallazgo ha cambiado el modo de tratar la enfermedad en los hospitales neoyorquinos. Ahora, todos los centros sanitarios administran anticoagulantes a la totalidad de los pacientes que ingresan por el Covid-19, excepto en aquellos en los que estos fármacos están contraindicados.
Un hallazgo que lo ha cambiado todo
Fuster, director del Instituto Cardiovascular del Mount Sinai en los Estados Unidos y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en España, admitió que “nunca había visto nada parecido a lo que hace este virus. Muchos casos graves tienen un problema importante de exceso de coagulación”, lo que explica los infartos de miocardio, las embolias pulmonares y los ictus que sufren algunos pacientes con Covid-19.
Este trastorno llevó a Fuster a pensar que los anticoagulantes podían mejorar el tratamiento de la enfermedad. Para comprobar si podían ser útiles, sus médicos analizaron los datos de 2.773 pacientes ingresados por coronavirus hasta el 11 de abril. En aquel momento no todos los pacientes eran tratados con anticoagulantes, por lo que pudieron comparar a los que recibieron el tratamiento y a los que no.
Unos datos irrefutables
Según los resultados presentados en la revista JACC, la mortalidad en los pacientes conectados a respiradores que no recibieron este tipo de tratamiento fue del 63%. En cambio, en los pacientes que sí recibieron anticoagulantes se redujo al 29%. Menos de la mitad. Además, los porcentajes resultaron muy similares entre distintos fármacos, lo que reforzó la teoría de Fuster.
Entre los fallecidos, el tiempo medio de permanencia en el hospital antes de morir era de 9 días sin anticoagulantes y de 21 con el tratamiento. Estos doce días de supervivencia adicional confirman que el tratamiento tiene una efectividad.
Miedo a aumentar las hemorragias
“Los fármacos antivirales como el remdesivir son muy importantes para actuar contra el virus, pero no son suficientes. Uno de los temas que más nos preocupaba era que los anticoagulantes pudieran aumentar el riesgo de hemorragias”, explica el cardiólogo.
Pero sólo un 3% de los pacientes que recibieron estos fármacos tuvieron hemorragias, frente al 1,9% de los que no los recibieron. “Este resultado nos dio confianza para ampliar el tratamiento a más pacientes”, admite Fuster. Eso sí, al tratarse de un estudio retrospectivo, los resultados no demuestran que el tratamiento sea la causa de la reducción de mortalidad.
Varias investigaciones abiertas
El equipo del Mount Sinai tiene en curso otro estudio retrospectivo con datos de 5.000 pacientes tratados en las últimas cuatro semanas para validar los datos obtenidos, y tiene previsto iniciar dos ensayos clínicos --prospectivos-- para determinar cuál es el mejor anticoagulante y cuánta dosis para cada paciente.
Un tercer ensayo comprobará si pueden ser útiles para las personas con coronavirus que no llegan a ingresar en el hospital. Al mismo tiempo, el equipo está investigando cómo se origina y cómo progresa el trastorno de coagulación en pacientes con Covid-19.
“Todos los datos que estamos acumulando apuntan a que la coagulación desempeña un papel central en las formas graves de esta enfermedad”, señala el médico. Aunque la investigación está en sus inicios, “hemos decidido publicar los datos cuanto antes porque vivimos una situación de emergencia excepcional y los resultados pueden repercutir en mejorar el tratamiento de los pacientes”, concluye Fuster.