Con la llegada de la desescalada y el inicio del plan de transición a la “nueva normalidad” planteado por el Gobierno de España, muchos conductores volverán a coger sus coches tras dos meses aparcados sin moverse. Un periodo de tiempo que puede dificultar la aprobación de la ITV a los vehículos y poner en riesgo la vida de los propios conductores.
Muchos dueños de vehículos se plantean cómo deberán afrontar el regreso a la movilidad. Para que la vuelta a las carreteras sea lo más fluida posible, la empresa TÜV SÜD ha establecido una serie de recomendaciones para evaluar en qué medida se ha visto comprometida su seguridad.
No todo el mundo entiende de mecánica
“La mayoría de usuarios no disponen de los conocimientos necesarios para detectar si hay algún tipo de anomalía. Incluso aquellos vehículos que han seguido en funcionamiento podrían estar sufriendo problemas, y lo más probable es que no hayan sido detectados”, informa Salvador López, director de Desarrollo de Negocio de la división de automoción de TÜV SÜD en España y Portugal.
Frente a esta realidad, existen ciertos riesgos que conviene evitar antes de volver a salir a las carreteras. En relación con aquellos vehículos que llevan todo este tiempo estacionados, los problemas más frecuentes serán el mal estado de las baterías, completamente descargadas o con bornes sulfatados y, por otro lado, los neumáticos.
Primero, mirar los neumáticos
"Después de tanto tiempo estacionados en la misma posición, los neumáticos pueden estar desinflados o cuadrados, lo que podría provocar incomodidad de la marcha y vibraciones al volante”, explica Salvador López. Para asegurarnos de que el coche está en perfecto estado, y evitar así que el vehículo se resienta, podemos realizar dos rápidas comprobaciones.
"Arrancar el coche, aunque sea durante tres o cuatros minutos y, si las condiciones lo permiten, desplazar el vehículo levemente hacia adelante y hacia atrás para dejarlo en una ubicación distinta. Así cambiamos la posición del neumático y evitamos que se deforme”, asegura López.
No todo está en el exterior
Otros fallos frecuentes estarán relacionados con el sistema de refrigeración, frenado y climatización. “Las fugas de líquido refrigerantes son comunes en los coches de mayor antigüedad. Respecto al sistema de frenado, debemos prestar atención a cualquier ruido anómalo o al alargamiento de la frenada, lo que podría indicar la oxidación del disco o de los tambores", afirma el experto.
En cuanto a los sistemas de climatización, "será más conveniente que nunca la desinfección del sistema --como la aplicación de técnicas de ozono-- así como la posterior sustitución del filtro del habitáculo”. En cualquier caso, añade López, “los talleres de reparación deben estar más preparados que nunca para ofrecer las mejores soluciones con todas las garantías de higiene y limpieza a su alcance”.