Las personas que deseen acudir a sus centros de culto religioso podrán hacerlo a partir del 11 de mayo, siempre que el brote de la pandemia del Covid-19 no vuelva a repuntar y se mantenga una distancia social de dos metros. Así lo ha decretado el Gobierno en su plan de desescalada presentado este martes, que recuerda que los fieles no pueden desplazarse entre provincias.

La orden aprobada por el Ejecutivo matiza que las iglesias, mezquitas, sinagogas o lugares de culto deberán limitar su aforo a un tercio de su capacidad durante la llamada fase 1. Dos semanas después, en la fase 2 que arranca el 25 de mayo, el aforo puede ampliarse hasta la mitad. Pese a ello, todo está condicionado a la evolución de las cifras de contagio en cada provincia.

Asimetría

El presidente, Pedro Sánchez, informó que el plan de desescalada “será gradual, asimétrico y coordinado” y la “unidad será la provincia o la isla”. Las comunidades autónomas deben informar de la situación en que se encuentra la pandemia cada semana y será el Ejecutivo quien decidirá qué unidad territorial puede pasar a la nueva fase. 

El plan asimétrico implica que puede haber provincias colindantes que se encuentren en diferentes fases según la evolución de la enfermedad. Asimismo, si alguna provincia experimenta un rebrote del coronavirus SARS-CoV-2 pueden volver a una fase anterior.

Aforo completo

El plan presentado por el Gobierno, que separa los periodos de apertura en fases de dos semanas cada una, aún no fija una fecha exacta sobre cuándo será posible que los lugares de culto religioso puedan ampliar su aforo más allá del 50%. 

El Ejecutivo prevé que a finales de junio se llegue a “una nueva normalidad”, aunque subraya que puede que no se dé en todo el territorio español.