A excepción de las islas que contemplan la posibilidad de adoptar medidas extraordinarias adicionales a la fase de desescalada y que ya estén en condiciones de acceder a la fase 1, tanto las bodas como los entierros tendrán que esperar en España.
La fase 0 no contempla ninguno de estos escenarios, por lo que no será hasta el 11 de mayo --fecha prevista para iniciar la primera fase-- cuando se podrán celebrar los velatorios. Eso sí, sólo podrán acudir un número limitado de familiares que deberán seguir los protocolos de distancia física y de seguridad. Para las bodas, aún se tendrá que esperar.
Entierros sin contacto
Costará despedirse de un familiar con cierta normalidad, y es que la fase 2 tampoco contempla mejoras en cuanto a las medidas a seguir. El segundo periodo decretado por el Ejecutivo, y previsto para el 25 de mayo, contempla permitir la presencia a un número más elevado de familiares, pero se impondrán los mismos protocolos de seguridad.
Si no hay cambios en la desescalada --todo dependerá de la evolución del coronavirus--, los entierros abrirán sus puertas a más asistentes a partir de la fase 3. Es decir, a partir del 8 de junio podrán asistir personas que no sean familia directa del fallecido, pero aún estará limitado y se seguirán manteniendo las medidas de distanciamiento físico y de seguridad.
Las bodas tardarán
Los velatorios seguirán siendo duros, puesto que son actos en los que estamos acostumbrados a mucho contacto físico, pero poco a poco se permitirá que más personas despidan al difunto y acompañen a sus allegados, aunque sea con cierta distancia.
Algo similar sucede con las bodas. El Ejecutivo no las contempla hasta la fase 2 de la desescalada, la que se prevé iniciar el 25 de mayo siempre que no haya repuntes del brote de coronavirus SARS-CoV-2. Estas celebraciones tendrán un número limitado de asistentes y, aunque no añaden los protocolos que sí indican en los velatorios, probablemente no se festejarán como recordamos.
Costará volver a la normalidad
A partir del 8 de junio, con la entrada de la última de las fases --y si no hay cambios en la previsión del Gobierno--, las bodas se podrán celebrar con un número más amplio de asistentes. Tampoco se especifican las medidas de seguridad a adoptar, pero aún queda tiempo para ver si los novios deberán bailar con mascarillas o no.
El Gobierno recuerda que estas medidas se aplicarán de manera asimétrica y por provincias, en función de cómo evolucionen los datos de los contagios del Covid-19 en cada una de estas unidades territoriales. Además si se detecta un repunte de los casos, siempre se puede determinar retroceder en las medidas de la desescalada.