Incidentes en el barrio de La Mina durante la reclusión dictada por el estado de alarma contra la pandemia del virus SARS-CoV-2. Vecinos de la zona se han avanzado a una manifestación vecinal convocada el lunes contra un hospital de campaña para personas toxicómanas y han protagonizado caceroladas y han salido a la calle, donde se han encarado con efectivos de los Mossos d'Esquadra, incluidos antidisturbios de la Brigada Móvil.
Las algaradas, que se han saldado sin heridos ni daños pese a la extrema tensión, han obligado a las autoridades a anunciar la cancelación del estreno del albergue para personas dependientes en el polideportivo local, que había diseñado el Departamento catalán de Salud con el objetivo de abrirlo pasado mañana. Ahora, este equipamiento de urgencia no se abrirá por motivos de "descontento vecinal", ha informado el Ayuntamiento.
"Situación de peligro e incertidumbre"
El Ejecutivo local ha explicado en una nota que había facilitado la pista cubierta del barrio al Govern para que éste habilitara un pabellón sanitario para los adictos que acuden a los narcopisos de la zona. Desde que los pisos de la heroína fueron expulsados del Raval de Barcelona y del perímetro del distrito de Ciutat Vella, han recalado en el Besòs, tal y como explicó este medio. Con la llegada de la pandemia y el estado de alarma unos 20 toxicómanos quedaron colgados en La Mina, ya que es allí donde se inyectan el estupefaciente.
Ante ello, Govern y Ayuntamiento propusieron confinarlos en el polideportivo local para atajar los problemas de convivencia que provocaba la actividad de estas personas y para evitar el contagio con el virus. El hospital de campaña lo organizó el Govern, el Ayuntamiento cedió la pista y Cruz Roja debía gestionarlo. No verá la luz. "La situación ha tomado hoy sábado un giro radical e inesperado. Nuestra solución a simple vista pacífica y razonable, ha provocado un enorme descontento vecinal en el barrio de La Mina. Los residentes que antes se quejaban de toxicómanos en sus escaleras tampoco aceptar que los confinemos en el Polideportivo de su barrio", ha constatado el gobierno municipal de Sant Adrià.
Antidisturbios desplegados
En efecto, la prudencia ha recomendado no habilitar el pabellón local. Decenas de residentes se han apostado en la puerta de la instalación deportiva desde la mañana, algunos portando mascarillas y otros no. Mantenían una actitud hostil, aunque no han provocado graves incidentes. La protesta sí vulneraba el distanciamiento social necesario para frenar la pandemia y ha obligado a desplegar a la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra, los antidisturbios, para evitar males mayores. La policía catalana ha tratado de mediar con los líderes de la movilización, pero éstos solo han accedido a marcharse con la promesa de que "mañana volverían". También se han escuchado caceroladas desde algunos bloques de vecinos.
Finalmente, el "descontento vecinal" ha obligado a cancelar el hospital de campaña para toxicómanos que había diseñado la Generalitat de Cataluña como solución para los toxicómanos de La Mina. Ello ha calmado los ánimos, pero no solucionará el problema. La droga se ha desplazado del centro de Barcelona al Besòs por la presión policial contra los narcopisos. Y ello constituye un problema estructural que queda sobre el tapete, haya o no virus.