El doctor Bonaventura Clotet, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti), apuesta por extender el periodo de encierro para reducir al máximo la expansión del coronavirus entre la ciudadanía. En su opinión, las medidas de reclusión en casa deberían extenderse hasta el 10 de mayo y, además, considera un error la confianza en que las altas temperaturas frenarán en seco la pandemia.
"Pensar que el calor acabará con el problema es erróneo", ha declarado en una entrevista en RAC1. Ha defendido la veracidad de que el virus tendrá una menor supervivencia en condiciones calurosas, pero también ha asegurado que "si la gente no guarda las medidas de seguridad, se puede volver a esparcir".
Ciudadanía concienciada
Clotet ha alabado la actitud reflejada por la mayor parte de la población frente a la pandemia, sobre todo en lo que respecta a la prevención de contagios. "La ciudadanía se ha concienciado mucho sobre el uso de mascarillas, lavarse las manos y distanciamiento", ha asegurado al destacar que esta actitud hará que se reduzcan las posibilidades de "rebotes".
Pero a pesar de todo ello, la baja prevalecia del Covid-19 --es decir, el nivel de casos positivos respecto a la población total-- hace que "el riesgo aún sea alto". Respecto al incremento de nuevos infectados que reflejan los datos del Ministerio de Sanidad, el también director de IrsiCaixa ha apuntado a los test masivos como causa. Un hecho puede leerse como "positivo", ya que "reduce el porcentaje de mortalidad" de la enfermedad.
La vacuna, en un año
El doctor Clotet ha estimado que el prototipo (o prototipos) de vacuna contra el coronavirus no estará completamente desarollado hasta dentro de un año, en la misma línea que defiende la OMS. "Dentro de un año tendremos un buen prototipo de vacuna o más de uno, y en todo el mundo habrá muchos más. Es bueno que muchos grupos investiguen sobre esto y conseguir los más óptimos", ha asegurado.
Pero hasta que ésta no llegue, el experto defiende como una acuciante necesidad el conocer "cuánta gente ha pasado la enfermedad, pero también cuánto dura realmente la inmunidad". Ha explicado que el SARS-CoV-2 podría tener "una duración de un año" o más, en base a otros virus de la misma familia. Los investigadores tienen la teoría de que la protección vírica del sistema inmune "dura un año, como mínimo", pero hay que continuar investigando para comprobar si es así.