Alexandra, la voluntaria que cose mascarillas solidarias en Premià de Dalt
Esta vecina del Maresme, nacida en Ecuador, forma parte de una red de ayuda durante la pandemia que fabrica material de protección para hospitales y comercios
13 abril, 2020 00:00Ante la falta de material de protección frente al coronavirus, algunas personas han decidido fabricarlo en sus casas y aportar así su granito de arena en la lucha contra la pandemia. Este es el caso de Alexandra Romo-Leroux (42 años, Ecuador) que, junto a otros vecinos de Premià de Dalt, teje mascarillas que entregan a hospitales y comercios de forma gratuita.
Todo comenzó con un grupo de Facebook el pasado 20 de marzo. Su creadora fue Montse Assens. “Vimos que faltaban mascarillas, comencé a organizar a gente que pudiese coser, pedí permiso al ayuntamiento para poder desplazarme, y así nos justamos. A partir de aquí el grupo se ha hecho muy grande. Solo en el Maresme somos 80 personas y otras 60 en Barcelona”, cuenta a Crónica Global. Fue Alexandra la que contactó con una amiga de la capital y las adhesiones no han parado de crecer.
Luchar contra el virus
“Vi que buscaban voluntarios. Para coser, cortar telas, o distribuir y así me uní. Cuantas más personas podamos colaborar, mejor, porque el trabajo no es tan complicado”, cuenta Alexandra. La intención es “poder hacer algo para luchar contra el virus que está acabando con tantas vidas y abastecer de protección a las personas que lo necesiten”, cuenta. En un principio comenzaron los vecinos del pueblo y cada vez se han unido más personas.
Una empresa textil --que prefiere permanecer en el anonimato-- se puso en contacto con el grupo de Mascaretes Solidàries para donar el material. “A cada costurera la entregamos la tela ya cortada, las gomas y solo tienen que encargarse del montaje”, detalla Assens. Y es que el funcionamiento de esta red no tiene nada que envidiar a una empresa con años de rodaje. “Una vez tienen lista la remesa, se organiza la recogida y el reparto”, apunta.
Rutas de distribución
Varios dentistas, también voluntarios, se encarga de esterilizarlas, y las mascarillas se entregan, en su gran mayoría, a residencias de ancianos y a algunos hospitales. Una iniciativa que partió de una vecina y que no ha dejado de crecer. De hecho Montse admite que en los últimos días solo ha dormido 3 horas. “Hay muchas personas colaborando, cada vez más. Nosotros hacemos los viajes a Barcelona para distribuirlo”. También en comercios, para que la población pueda acceder a esta protección de forma gratuita durante la pandemia.
Por su parte, Alexandra ha querido exportar la iniciativa a su país natal, Ecuador, donde la emergencia sanitaria golpea a los que cuentan con menos recursos. “Hemos hablado con el consulado para ver si, de alguna forma, podemos enviar material sanitario, donaciones, y todo lo que podamos aportar”. Allí también han activado un grupo de voluntarios que está fabricando mascarillas. “Que el país pueda comprar más material sanitario será difícil, y que la población lo adquieran porque es un producto escaso, por eso tenemos que ayudar a la gente, y queremos que allí también se activen, como estamos haciendo aquí, y la intención es copiar el modelo, para que se ayuden unos a otros, los familiares, los vecinos”, señala.
20.000 mascarillas
Y es aunque no son sanitarias, algunas hospitales también reparten las mascarillas que confeccionan estos vecinos entre pacientes que reciben el alta, y a sus familiares, “porque no tenían nada, creo que hemos repartido unas 25.000”, explica Assens. La intención es continuar con su actividad hasta que acabe la emergencia. “Ahora tenemos material para hacer 20.000 más”. Del corte de la tela se encarga una empresa de Mataró y, de la confección, personas con máquinas de coser en sus casas. Mujeres en su mayoría, pero también algún hombre. Entre ellos, un confeccionista de vestuario para obras teatrales. “Hay quien hace 300 al día y otros cuatro, pero todas suman”, subraya la creadora de la iniciativa.
Alexandra detalla que, una vez también han comenzado el reparto entre la población con la creación de puntos solidarios. “El que vea allí el cartel puede solicitar su mascarilla de manera gratuita”, cuenta. Por el momento, se encuentran en todos los comercios de Premià de Dalt y algunos de Mataró y Barcelona. “Están empaquetadas de forma individual –sin esterilizar-- y allí se puede coger de manera gratuita”, apunta Montse.