Las críticas de las autoridades locales y sanitarias de La Cerdanya a los desplazamientos de quienes tienen segunda residencia en esta exclusiva zona pirenaica han desatado una auténtica tormenta social con altas dosis de clasismo. Las declaraciones del gerente del Hospital de Cerdanya, en las que se informaba de que el pasado fin de semana había aumentado un 20% el número de pacientes no domiciliados en la comarca ha ofendido a quienes “dan de comer al pueblo” o proclaman que “podemos ir a las segundas residencias cuando nos dé la gana”.

Los comentarios vertidos en las redes sociales por quienes cuestionan las normas impuestas desde que comenzó la epidemia de coronavirus ha indignado a quienes residen habitualmente en pueblos como Puigcerdà o Bolvir. La Cerdanya, como se sabe, es el histórico refugio pirenaico de la burguesía catalana. Se calcula que unas 4.000 personas pasan sus días festivos en este magnifico entorno natural jalonado de mansiones cuyos dueños, según han denunciado responsables sanitarios, el alcalde de Puigdcerdà, Albert Piñeira, e incluso el propio presidente de la Generalitat, Quim Torra, han incumplido las normas que prohíben los desplazamientos durante la epidemia del Covid-19. Muchos de ellos tienen su domicilio habitual en Barcelona.

Nuevos ricos

“Son comentarios de nuevo rico. Es un escándalo, es vergonzoso y tendrían que tomar medidas drásticas y ejemplares”, explica a Crónica Global un vecino de Puigcerdà que se dedica a la restauración.

Mensajes críticos con el encierro en la Cerdanya

“Creo que los de la Cerdanya dependéis de nosotros”, “Nosotros podemos ir a las segundas residencias cuando nos dé la gana, así que os aguantáis”, “Los comercios, sin nosotros, no tendríais para comer” son algunas de las frases que han indignado a los residentes de toda la vida.

"Un acto de desobediencia grave"

El alcalde de Puigcerdà, Albert Piñeira (Junts per Catalunya), también ha sido objeto de las embestidas de los dueños de segundas residencias por advertir de que esos desplazamientos de fin de semana representan una desobediencia grave.

“Apelo directamente a la gente de segunda residencia. Desde las instituciones hemos insistido de manera reiterada en que esto no eran unas vacaciones, sino un confinamiento, y que éste había que pasarlo en la primera residencia. Se están haciendo y se seguirán haciendo controles policiales, y levantando actas de denuncia. Persistir en querer ir a la segunda residencia constituye una irresponsabilidad y un acto de desobediencia grave”.

 

El mensaje del alcalde de Puigcerdà, Albert Piñeira, ha desatado las iras de los dueños de segundas residencias / INSTAGRAM

“Señor alcalde, los de la segunda residencia, como usted dice, llevamos confinados desde el primer día viernes 13 de marzo. Desde estas residencias estamos haciendo teletrabajo, para poder levantar nuestras empresas y poder alimentar y educar a nuestros hijos como todos los catalanes confinados. Esperemos que todo esto pase cuanto antes de la mejor manera posible y poder subsistir la economía de este país”.

“A ver si los de la segunda residencia vamos a dejar de venir y os arruinais. ¡Solidaridad, hombre!”, afirma otra ofendida.

“No me parece normal como estáis tratando a los que el confinamiento os pilló aquí. Esta es nuestra casa desde hace más de 20 años, os guste o no os guste, es usted un incitador al odio y al menosprecio de los que hacemos gasto y vida en esta maravillosa tierra. Les recuerdo el gasto que gustosamente hacemos en comercios y servicios durante todo el año”.

Senderismo, excursiones por la zona de Lles, subida a las pistas... Los infractores no entienden de encierros y prohibiciones. Mossos d’Esquadra y Policía local intensificaron los controles en la zona.

Hospital de la Cerdanya, donde se han registrado casos de coronavirus / MAPS

“En un par de horas invadieron y vaciaron todos los comercios de la zona, desoyendo a Protección Civil que no habría desabastecimiento, en una demostración de egoísmo, de falta de empatía total”, escribe Juan Amaro en el diario local La Veu de la Cerdanya. “¿Que nos dan de comer y vivimos gracias a vosotros?  ¿Seguro?  35 días al año de promedio suben a la comarca, no precisamente gastan, a no ser en Carrefour o similares, no se equivoquen, no son ustedes nuestro principal sustento”, replica Amaro.

Críticas al alcalde de Puigcerdà en Instagram

“Yo soy de la Cerdanya y tengo mi negocio cerrado desde el pasado 14 de marzo a causa del Real Decreto. Desde entonces estoy en Girona, que es donde me cogió el día de confinamiento y podía haber subido para estar con mi familia, pero no lo he hecho para no poner en peligro a mis padres y a la gente que vive allí. Cuando veo a los de las segundas residencias actuar de esta forma tan irresponsable me pregunto si las autoridades pueden permitirlo. Pueden ser todo lo educados y tener todo el dinero que quieran, pero les falta seny”, explica un pequeño empresario.

La incidencia del coronavirus

Sin embargo, los argumentos sobre un encierro permanente contrastan con los datos de incidencia del coronavirus. Antes de ese pico registrado el pasado fin de semana, la incidencia del Covid-19 era prácticamente mínima. El jueves, el Consejo Comarcal de la Cerdanya informaba de siete pacientes positivos y cinco en observación.

Desde el inicio de la crisis, la comarca había contabilizado 29 positivos, de los que 23 fueron hospitalizados en el Hospital de Cerdanya; tres pacientes fueron trasladados a otros centros catalanes y un paciente a un centro francés. Doce recibieron el alta y estaban en su domicilio y se registró un fallecido.

Este centro transfronterizo, que atiende a unas 32.000 personas residentes en 53 municipios catalanes y franceses, tiene 71 camas, de las que una cuarentena están ocupadas por pacientes aislados con coronavirus. No hay problemas de ocupación ni saturación de urgencias.