Desde que se decretó el estado de alarma, los usuarios de la Deep web o internet profunda han aumentando un 50%. Espacios que escapan a los buscadores habituales, como Google, y que dan acceso, bajo el anonimato, a contenidos y actividades delictivas como la pornografía infantil. Motivo por el que la Policía Nacional ha aumentado su actividad en la red, tras detectar que cerca de 33.000 personas acceden a diario a espacios online sin indexar.
No todos lo hacen desde el anonimato, ya que la búsqueda de sexo con menores también se ha incrementado en el buscador por excelencia, Google, durante la cuarentena. “En las redes hay verdaderos depredadores y es que una de las cosas más buscadas durante el confinamiento es la pornografía infantil”, explica Pilar Polo, psicóloga especialista en abusos a menores de la Fundación Vicki Bernadet.
Llamadas de auxilio de pedófilos
El doctor Antonio Andrés Pueyo, uno de los impulsores de la plataforma PrevenSí, contra el abuso sexual infantil, indica que el uso intensivo a la red durante las restricciones de movilidad puede incrementar, “de manera relevante”, el acceso a contenidos de pornografía infantil. Durante estos días, este servicio ha recibido consultas, tanto telefónicas como por chat, de pedófilos y pederastas en busca de ayuda.
“Hay personas que se dan cuenta de que tienen un problema y que están haciendo algo inadecuado, pero a veces también recurren a nosotros sus padres, por ejemplo, o las propias víctimas”, detalla Pueyo, quien explica que muchos de los que sufren estas desviaciones padecen gran sufrimiento “y buscan ayuda”.
Menores en riesgo
Respecto a las víctimas, Polo explica que los depredadores pueden acceder con mayor facilidad a ellas con practicas como el sexting --intercambio de imágenes de contenido erótico o pornográfico a través de redes sociales--. “Buscan presas y víctimas a las que abordar de manera amigable".
El riesgo reside en aquellos que entran en el juego y puede que su imagen sea utilizada en canales de pornografía infantil. A partir de ahí les pueden chantajear, y hacer que esa persona se sienta totalmente indefensa y con muy poca posibilidad de pedir ayuda. ¿El motivo? El sentimiento de culpa, “tras haber transgredido una norma pese a haber sido alertado”, detalla la psicóloga, lo que aumenta, aún más, su indefensión.
Freno al pedófilo
La ayuda a las personas que consumen este tipo de contenidos, apunta Pueyo, pasa por diferentes niveles. “Si requiere una intervención judicial aconsejamos que se busque un abogado y se autoinculpe para que, si ha consumido material de explotación sexual infantil, la policía lo pueda detectar, o bien se deriva a un recurso sociosanitario, o se le orienta para que él mismo pueda recurrir a estrategias para evitar seguir en ese camino”, señala el forense.
Para evitar caer en las trampas de los depredadores, desde la Fundación Vicki Bernadet recomiendan plantearse siempre si se conoce a la persona con la que se establece comunicación. "Esa es la primera pregunta que habría que hacer, porque muchas veces, cuando hacía talleres con adolescentes de la ESO, y preguntaba a cuánta gente tenían agregada en Facebook, había quien me decía que hasta 2.000 amigos. ¿Cómo va a conocer a 2.000 personas? Otros explicaban que solo agregaban a tías buenas, por sus fotos. ¿Cómo sabes que esa imagen es real y que detrás de ese perfil falso no se encuentra otra persona?", alerta Polo.
Acompañamiento a los menores
La siguiente pregunta, manifiesta esta especialista, es ¿por qué necesitas enviar esta foto?. "Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero cosas que en este momento pueden ser muy divertidas, de aquí a un tiempo pueden tener consecuencias. Mi consejo sería aprovechar estos días para que los chicos puedan hablar con sus amigos, investigar temas que abordar sin que estos pasen por la imagen física, aunque ellos necesitan autoreafirmarse frente al grupo; la valoración positiva y los me gusta de sus compañeros, y el éxito social", apunta.
Para los padres preocupados, Polo señala que el objetivo pasa por acompañar y no prohibir. "Somos seres sexuales, pero hay que tener en cuenta que a veces con la sexualidad la gente hace negocio o chantaje porque, precisamente, esta es una de las esferas más privadas de nuestra vida íntima, y por eso nos pueden hacer más daño" constata. Por ello recomienda "disfrutar de las redes sociales de la manera más segura posible".