Las rutinas de consultas en los centro de atención primaria (CAPs) están cambiando durante la crisis del coronavirus SARS-CoV-2. Los ambulatorios no están cerrados, siguen atendiendo pacientes, aunque sólo las visitas improrrogables. Una de las especialidades que continúan son los pediatras, que incluso tienen que hacer llamamientos para que la gente asista a algunas consultas programadas, especialmente para vacunar a los bebés.
“El circuito de pediatría se mantiene”, recuerda el doctor Pepe Serrano del CAP de Sant Pere de Ribes y miembro de la junta directiva de la Sociedad Catalana. Insiste en que hay visitas que son imprescindibles que se hagan. “Seguimos revisando a los más pequeños”, subraya.
Vacunas irreplazables
El sector de los pediatras recuerda que “atendemos a recién nacidos y dando las vacunas necesarias hasta los 15 meses”, señala la doctora Lucia Linares, del CAP de Esplugues de Llobregat. Aun así “nos encontramos con mucha gente que no quieren venir y quieren cancelar incluso las citas para las vacunas”, lamenta Serrano.
Los pediatras recuerdan la importancia de dar las primeras inyecciones que necesitan los más pequeños hasta el año y medio. “Sería un riesgo dejar de darlas y que en plena epidemia del Covid-19 o cuando esta se acabe que nos tuviéramos a enfrentar a enfermedades inmunoprevenibles como la tosferina, por ejemplo, porque se han dejado de poner las vacunas”, advierte el doctor.
Visitas limitadas
Más allá de las primeras vacunas, los pediatras están cancelando las visitas presenciales no urgentes y se hacen por teléfono si el paciente está de acuerdo. Si ven que es necesario que acudan al CAP se les da cita, pero “se les requiere que venga sólo uno de los padres”, apunta Linares. Cuando esto sucede, los tutores del menor acuden con mascarilla, afirman los pediatras.
Serrano apunta que aún así, algunos padres intentan conseguir que se les haga una consulta presencial en centros para un leve doctor de barriga, y que telefónicamente tienen que “contener” a los pacientes para evitar que acudan a los ambulatorios. Unos centros que ahora lucen muy distintos. “La sala de espera está completamente vacía”, afirma Serrano entre sorprendido y orgullos de la concienciación de la ciudadanía. Y en caso de tener que citar a los paciente se les da citas muy espaciadas en el tiempo. “Entre una y otra pueden pasar entre 30 y 45 minutos”, cosa que antes era imposible. Y pese a estar solos, los padres vienen con mascarilla.
Incerteza
Linares admite que existe “incertidumbre y más preocupación” tanto entre los progenitores como entre los médicos. “Se ha detenido la atención psicológica para menores con trastornos del desarrollo”, para los cuales estar en casa puede suponer un problema agravada, lamenta la doctora. Estos niños y padres también se limitan a tener asistencia psicológica, pero “no siempre es tan eficiente”.
Sobre la afectación pediátrica del coronavirus SARS-CoV-2, Serrano destaca que “la tasa de enfermedad es muy baja en comparación con los adultos”. Recuerda que en a mayoría de casos, los menores Covid positivo son asintomáticos o lo manifiestas muy poco. En caso de que se tenga sospecha, recuerda que la Generalitat ha habilitado un circuito de atención hospitalaria y de urgencias, donde derivar a los más pequeños, centros como el Hospital Trias y Pujol (Badalona) o el Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues, entre otros.
Miedo y protección
En todo caso, ante los padres con miedo a acudir a las consultas, el miembro de la Sociedad Catalana de Pediatría recuerda que en los centros de atención primaria “los niveles de protección básica son aceptables”. Cuentan con guantes, batas --"que aún y no ser las adecuadas son eficientes", asegura Serrano-- y mascarillas quirúrgicas, algunas incluso las reglamentarias las FFP2. El doctor señala que además les están llegando máscaras protectoras que realizan de manera voluntaria desde la Escuela Massana de Barcelona, ya que cuentan con talleres para hacerlas, aunque alerta que el centro educativo se está quedando sin material.
El Covid-19 está causando situaciones nuevas. Serrano reconoce que igual deberían haber estado más acostumbrados a la atención telefónica desde antes, pero se están adaptando. Lo que más destacan los pediatras es la solidaridad que ha habido. Muchos “han aparcado la especialidad y se han ido a atender a urgencias”, donde pueden ser más útiles dando que las consultas en pediatría son mucho menores, asevera Linares.
La doctora, del Sindicato Médico Catalán, también destaca un hecho importante que se ha producido con el coronavirus SARS-CoV-2: se han aparcado las diferencias de los médicos con la dirección de los centros. “Nadie se queja de nada, todos vamos a una”, concluye.