¿De dónde ha sacado Ada Colau una mascarilla filtrante FFP2, o tal vez FFP3, contra el virus? La alcaldesa de Barcelona ha reaparecido hoy en un acto oficial en la calle --tras una cuarentena preventiva por sospecha de contagio con SARS-CoV-2-- con un cubrebocas filtrante de carpintería, un material que ya se ha agotado en los hospitales o se reutiliza por su escasez.
La polémica fotografía, a juzgar por las críticas en las redes sociales, se ha producido durante una visita de la primera edil al hospital de campaña de Vall d'Hebron --el mayor complejo sanitario de Cataluña-- en el pabellón homónimo situado frente a la ciudad sanitaria. Durante la visita de la munícipe, su equipo ha tuiteado: "En Barcelona nos anticipamos y estamos ampliando los hospitales con Pabellones Salud en equipamientos municipales. Hoy ya abrimos el de Vall d'Hebron, equivalente a tres plantas de hospital. ¡Hecho solo en cuatro días! Es impresionante y un orgullo el trabajo que desempeñan los servicios municipales".
"Soy sanitario y no veo esas mascarillas"
El logro del hospital de campaña --que es una ampliación de Vall d'Hebron ante el alud de casos de enfermos con Covid-19-- es altamente meritorio, pero ha quedado empañado por la imagen que ha dado la líder de Barcelona en Comú. "¿De dónde ha sacado esa FFP2, o es una FFP3? Yo como trabajador de hospital [Vall d'Hebron] no he visto ni una. Dígamelo por favor va mi vida en ello", le ha contestado un tuitero llamado Celador Enfurecido.
"La alcaldesa con una mascarilla FFP2 y muchos profesionales solo con mascarilla quirúrgica, manda huevos", ha criticado otro usuario llamado "Ya está bien". Otros han alertado de que si bien la munícipe llevaba una FFP2 o FFP3 en su visita al hospital de campaña de Vall d'Hebron, no ha mantenido la distancia de seguridad con las personas que la acompañaban.
"Reutilizadas y con pintalabios"
El uso de una mascarilla FFP2 o FFP3 por parte de la alcaldesa de Barcelona constituiría una muestra de responsabilidad --la Organización Mundial de la Salud la recomienda en algunos casos-- y no tendría mayor importancia si no fuera por el hecho de que el hospital madre de la unidad que ha visitado hoy, Vall d'Hebron, no dispone de este material de alta cualificación y, el poco que tiene, está muy limitado. Lo denunció ayer Cristina Sala, trabajadora de la ciudad sanitaria, que alertó de que los cubrebocas "se reutilizan y llegan manchados con pintalabios pese a, en teoría, haber sido higienizados". Tras ello tuvo que borrar su vídeo en Twitter por "miedo a represalias". Antes, el viernes, el CSIF presentó una denuncia ante Inspección por falta de material, incluyendo este fungible.
De hecho, la limitación de mascarillas filtrantes, que impiden el paso del 99% de bacterias, es tan fuerte que Vall d'Hebron las reserva solo a los procesos de intubado, obtención de muestras o maniobras con el aparato respiratorio del paciente. La gerencia del mayor hospital de Cataluña pide desinfectarlas con peróxido de hidrógeno al final de la jornada, tal y como muestra un documento interno al que ha accedido este medio.