Es la residencia de Cataluña que sí pide ayuda al Ejército. El centro de mayores Grusean de Barcelona pide apoyo urgente de la Unidad Militar de Emergencias (UME): "Nosotros no nos podemos permitir rechazar ninguna ayuda: es que no llegamos", explica su gerente.
Sonia Rosiña, en conversación con este medio, dibuja una foto muy procupante. "Soy la directora de la residencia Grusean desde hace años. Y jamás había vivido una situación similar. Tengo a 15 mayores a mi cargo y la mayoría del personal ha cogido la baja por síntomas de Covid-19", explica. La responsable de este geriátrico con sede en el número 1010 de la Gran Vía de la Ciudad Condal no se muerde la lengua. "Mira, sí, tuvimos un positivo de coronavirus. Pero este usuario ya está en el hospital y está estable", admite Rosiña. ¿Qué pasó después? "Fue el final. Estamos al límite", lamenta al borde del sollozo.
"Nadie quiere trabajar aquí"
En Grusean convivían 15 ancianos con 8 trabajadores antes de la pandemia. "Enfermaron o me dejaron. Ahora lo llevo todo yo sola con una auxiliar que me queda, una cocinera y voluntarios que vienen y van. No aparece ni el director, que también está de baja", ha avisado la profesional. ¿Qué ocurrió? "Fueron cogiendo la baja con síntomas o se marcharon. Auxiliares de enfermería o geriatría y hasta las cocineras", agrega. "¿Cómo levanto yo sola a todos los mayores? ¿Cómo los lavo? Trabajo tanto como puedo, hago las compras, llevo la gerencia, pero es que no llego. Pido a la Generalitat, al Ayuntamiento, al Ejército, a quien sea que venga", pide desesperada.
Según Rosiña, el Gobierno catalán, por medio del Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, "la empezó a llamar" tras el primer caso de Covid-19. "Me dieron dos trajes de protección individual. Muy amables. Pero ya está. Van llamando de vez en cuando, pero no más. Y yo lo que necesito son manos, gente que trabaje", pide. ¿Por qué no contrata? "Porque no hay personal. La gente no quiere trabajar en una residencia con coronavirus. Y yo se lo digo, soy responsable, por supuesto. Pero vienen a la entrevista y se van. O vienen, duran un día y se marchan. Otros ni se presentan o te dan una excusa", enumera.
"Que venga el Ejército, quien sea"
Al contrario de lo que dice Miquel Buch, consejero catalán de Interior, en la residencia Grusean de Barcelona sí quieren al Ejército. "El Ayuntamiento y la Generalitat conocen la situación. Tienen muy buenas palabras hacia nosotros, pero ello no es suficiente. Mis usuarios y yo necesitamos manos para cuidarlos. Y el mercado no tiene respuesta para la ayuda que necesita mi residencia", ha alertado Rosiña.
Lo que apunta la profesional es grave, pues no solo afecta a su centro. La dramática situación de Grusean, en Barcelona, aflora otro problema: la bolsa de trabajo urgente que creó el Departamento de Trabajo ha sido un fiasco. Lo confirman fuentes del sector. "Anunciaron hace una semana que abrían una línea especial del Servicio de Ocupación de Cataluña (SOC) para proveer de personal a los asilos. Pero es que no ha funcionado. La gente no se apunta por miedo", indican. A este respecto, recuerdan las mismas fuentes que la Fundación Pere Mata, bien relacionada con la Consejería, anunció internamente ayer que estaba a punto de implosionar. "Si una entidad así no encuentra plantilla, es que no hay", han remachado.