Los presos de las cárceles españolas bajo el tercer grado (semilibertad) pueden permanecer en sus casas durante el confinamiento por coronavirus. Esta medida excepcional ha sido decretada por la secretaría de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior, aunque en cada cárcel y cada caso podría tener aplicaciones diferentes.
La decisión final sobre cada preso recae en la junta de tratamiento de los centros de reclusión y de inserción social (CIS), que deben estudiar cada caso "individualmente". Además, deberán llevar a cabo una monitorización de la actividad del reo que disfrute de este permiso.
Control telemático
Los presos a los que se les conceda este permiso especial durante el estado de alarma por el coronavirus tendrán que pasar controles que aseguren su permanencia en el hogar. Esta es la razón por la que la decisión depende de cada cárcel, ya que las juntas de tratamiento son las que deciden el uso de la pulsera telemática que monitoriza los movimientos de los reos.
Aquellos centros que no dispongan de esta tecnología podrán otorgar igualmente el permiso para no trasladarse a la cárcel a dormir, pero el seguimiento se realizará por vía telefónica. Durante el tiempo que dure esta situación, "cada centro establecerá los controles telefónicos aleatorios que considere oportunos".
Artículo 100.2
La medida de Interior alude a los internos amparados por el tercer grado, es decir, que se encuentren en un régimen de semilibertad por el que puedan adaptarse a la vida fuera de la cárcel de forma paulatina --como ocurre con Oriol Pujol--. No recaería sobre aquellos reos que cuenten con el segundo grado pero tengan régimen flexible de salidas gracias al artículo 100.2 del regamento penitenciario, como es el caso de los condenados por el 1-O.
El secretario de medidas penales, reinserción y atención a la víctima de la Generalitat, Armand Calderó, ha desmentido en El món a RAC1 que los presos del procés puedan pasar el confinamiento en sus hogares ya que "no se ha recibido ninguna instrucción" que lo permita. "Son presos en segundo grado", ha apuntalado, "En virtud de la necesidad de confinarnos, no pueden salir".