La agente de la Guardia Urbana de Barcelona Rosa Peral ha pedido en su alegato final ante el jurado popular que no cometa una "injusticia" y que haga que el "asesino pague", en alusión al otro acusado, el urbano Albert López, que ha alegado que encubrió el crimen al ser el "tonto del bote".
Por vídeoconferencia, desde una sala contigua a la que se ha celebrado el juicio en la Audiencia de Barcelona, al presentar un cuadro de tos en plena pandemia por el coronavirus, Peral ha empleado su derecho al último turno de palabra para pedir al tribunal que la exonere e incrimine a López, su entones amante, con quien supuestamente se confabuló para matar a su pareja.
Sin motivos para matar a Pedro
"Espero que realmente el asesino, el que lo hizo, pague y no se haga una injusticia porque no hay ningún motivo para hacer nada a Pedro por mi parte. Era la única persona que tenía a mi lado y a la que yo quería", ha subrayado la acusada, que se enfrenta una petición fiscal de 25 años de cárcel.
En un atropellado alegato de unos diez minutos, Rosa ha denunciado en una sala vacía de público --por prevención ante el Covid-19-- que se han vulnerado sus derechos durante el proceso al no haberse "tenido en cuenta" testigos y pruebas que, a su entender, tenían "algo a su favor" o bien "podían demostrar cosas que no se habían demostrado antes".
Vulneración de derechos
"Sinceramente, creo que se han vulnerado mis derechos porque todas las pruebas que han podido ir a mi favor se han denegado desde el minuto uno", ha denunciado. Horas antes de su último alegato, la abogada de Peral, Olga Arderiu, ha censurado que se haya tildado a su clienta de "viuda negra" y se hayan aireado sus infidelidades al considerar que "se juzga el pecado y no el delito".
"Pueden ver la de horas que hemos dedicado a construir un personaje, una viuda negra para que planificase la muerte de su pareja. Lo basan en el pecado y no en el delito, porque del delito no hay pruebas", ha subrayado.
Pantano de Foix
El presidente del tribunal tiene previsto citar mañana a los miembros del jurado para trasladarles el objeto del veredicto, sobre el que tendrán que deliberar para concluir si los procesados son culpables del asesinato de Pedro Rodríguez, cuyos restos aparecieron en un coche calcinado en el pantano de Foix en mayo de 2017.