En marcha. Las protestas contra el macrotanatorio de Sants (Barcelona), cuyo proyecto avanzó este medio, han estallado. La zona vivió el lunes por la noche la primera cacerolada vecinal, que siguió a la colocación de pancartas en los balcones, asambleas de residentes, una recogida on line de firmas y, también, el marcado con espray de la acera ante la puerta de Germans Climent, la antigua fábrica modernista donde el Ayuntamiento de Barcelona ha dado permiso previo para construir un velatorio.
Tal y como han informado vecinos de la zona, la acción es la primera de otras muchas que seguirán. Los residentes se empezaron a organizar el viernes de la pasada semana tras informar Crónica Global de la aprobación inicial de un proyecto para transformar el antiguo Happy Park de la fábrica modernista Gemans Climent en un tanatorio con cuatro salas de vela y dos plantas. Tras el cónclave vecinal, los reunidos trazaron una hoja de ruta de movilizaciones y acuñaron el primer manifiesto contrario.
Cuatro 'noes'
El texto desgrana cuatro noes de los vecinos a la instalación. El primero de ellos es el "gran impacto social, emocional y arquitectónico" del futuro equipamiento ubicado en la calle Comtes de Bell-lloc. Recalcan los firmantes que "está situado en zona escolar, con dos centros de enseñanza primaria, una guardería, un instituto, una universidad y una residencia de estudiantes". Este hecho "entra en contradicción con el plan municipal de estrategia Protejamos las escuelas". Asimismo, temen los vecinos un impacto sobre la fachada de la nave, elevada en 1925.
Hay más. Los contrarios subrayan el "gran impacto medioambiental" por el elevado volumen de vehículos privados que acudirán al tanatorio. También las afectaciones "sobre la vida del barrio", incluido el tráfico de personas y el económico, además de las consecuencias sobre la fiesta mayor, que se celebra, entre otras, en la calle Comtes de Bell-lloc. Por último, se quejan los residentes del "gran impacto visual y de ocupación del espacio público".
Gestionado con discreción
La propuesta funeraria para Sants la ha aprobado --inicialmente-- el gobierno municipal de Barcelona en Comú y PSC con cuidadoso sigilio. La propuesta pasó el corte de la comisión de gobierno sin que el concejal del distrito, Marc Serra (BComú) informara a los vecinos de que una de las piezas modernistas del barrio se convertiría en un tanatorio con un tráfico de vehículos de hasta 162 automóviles al día, según el proyecto.
Dio así el bipartito sociocomún el aval a un equipamiento que impusa la familia de inmobiliarios Almirall, propietarios, entre otros, de la firma del ladrillo Almirall Lluch. Los empresarios han arrendado el espacio modernista con el plácet de un gran grupo asegurador nacional. Tratan de morder en el pastel funerario de Barcelona, en el cual es líder Serveis Funeraris de Barcelona (Sfb), una empresa mixta participada por el Ayuntamiento (15%). Pese a la posición pública en la empresa mixta, el consistorio no ha movido ficha, alegando que se trata de un asunto "entre privados".