Los Mossos d’Esquadra encontraron en el armario de Rosa Peral, acusada por el crimen de la Guardia Urbana, el teléfono móvil de la víctima, Pedro R., su pareja en el momento del suceso. Así lo ha explicado este jueves ante la Audiencia de Barcelona el agente que dirigió la investigación.
El sargento y jefe de homicidios de la región Metropolitana Sur de Mossos d'Esquadra también ha explicado que, cuando fueron a casa de Peral para avisarla de que habían encontrado el coche de Pedro R. calcinado, ella mostró mensajes de Whatsapp que él le había enviado con fecha posterior al crimen: "Los mensajes que nos enseña Rosa la primera noche se han hecho desde ese teléfono. Y lo tiene Rosa. En el armario".
Peral guardaba documentación de la víctima
El agente ha detallado que durante el registro del domicilio el 4 de mayo encontraron documentación de la víctima, así como su placa y su credencial. Junto a los papeles había un teléfono que se comprobó que era el de Pedro R.
Se sospecha que Peral usó el móvil de Pedro R. tras el crimen para fingir que seguía vivo, aunque su defensa asegura que lo hizo obligada por el otro acusado, Albert López, que era su amante y de quien dice que tenía miedo por su carácter violento.
Dos líneas de investigación
Ha explicado que, en la primera declaración de López, él admitió que el 3 de mayo fue a comer a casa de Peral, que volvió por la noche y se quedó a dormir, lo que extrañó al contraponerlo a la versión de Peral: "La sensación que nos da al hablar con Rosa es que Pedro tenía que volver. Si se va el 2 de mayo, en algún momento tenía que volver. ¿Cómo es que Albert se queda a comer y a dormir?".
Ante esas sospechas, pidieron que se intervinieran los teléfonos de ambos, y en una segunda línea de investigación se centraron en el exmarido de Peral, Rubén C., a quién había señalado Peral por su mala relación con la víctima.
Una llamada, clave para el plan
Cuando empezaron a sospechar de los acusados, además de pedir que se les pincharan los móviles también pidieron el registro de llamadas durante el último año --con hora y lugar--, y los Mossos consideran que una llamada entre ambos la noche del crimen, que duró cuatro minutos, fue la que hizo "desencadenar el plan" para el asesinato.
Ha explicado que, al recibir el aviso de que había un coche quemado cerca del pantano de Foix, llegaron al lugar sobre las 20:00 horas, que cerca del vehículo estaban las placas de matrícula y que dudaron de si el coche había sido robado, y cree que el sitio "parecía planificado" porque estaba alejado de la carretera, en un sitio sin cobertura y apartado, y el vehículo estaba a un lado del camino, donde no molestaba.
Peral impidió el paso a los Mossos
A medianoche, los agentes llegaron a casa de Peral para avisarla de que habían encontrado el coche de su pareja, y ella no quiso ir a comisaría para no dejar a sus hijas solas ni les dejó entrar, por lo que se lo anunciaron en el portal: el sargento ha dicho que, tras pedir la localización de los móviles, situaron el teléfono de López en la casa cuando los mossos fueron ahí.
Peral acudió a comisaría la mañana siguiente para declarar como testigo: "En ese momento, ella ya apunta que Pedro ha podido ir a hacer algo a Rubén. Tiene miedo de que haya ido a hacerle algo", ha explicado el sargento.