Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) faltó a la verdad con la paliza a un vigilante de seguridad en el Metro de Barcelona ocurrida en la estación de Paral·lel el jueves de madrugada. La empresa no se ajustó a los hechos, o al menos no se coordinó con los médicos, para explicar lo sucedido. Un parte médico interno confirma que el trabajador fue apaleado "hasta la llegada de las fuerzas de seguridad".
Según el documento, al que ha accedido este medio, la compañía explica que el profesional "sufrió una agresión" a las 6:15 horas en la Línea 3 del suburbano. Precisa la hoja de registro del incidente que "usuarios acceden a las instalaciones. Uno de ellos no valida el billete, el vigilante de seguridad le recrimina la acción y el usuario hace caso omiso e intenta marcharse". Tras ello, "al intentar dar el alto al usuario, éste agrede al vigilante lanzándole un puñetazo en el rostro". ¿Qué pasó después? "Se produce un forcejeo y el vigilante de seguridad cae al suelo", se añade.
Apaleado hasta que llegaron los Mossos
En el momento en el que perdió el equilibrio, el efectivo "se golpeó la cabeza con las escaleras mecánicas (en funcionamiento)". El incidente escaló aún más, con los atacantes "propiándole golpes y patadas hasta la llegada de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado [Mossos d'Esquadra]".
¿En qué estado quedó el vigilante? "Se encuentra consciente, hemodinámicamente estable, afebril, sin signo de focalidad neurológica", indica el documento. El agredido "presenta demoabrasión en región media frontal y en cara cubital del antebrazo derecho con forma de arañazo". Asimismo, "presenta dermoabrasión en rótula, aunque no derrame articular, conservando la movilidad completa. Ídem en rodilla izquierda".
TMB negó una "paliza"
La versión médica es totalmente contraria a la aportada por la empresa gestora del transporte. Ésta indicó a varios medios, incluida Betevé y Crónica Global, que la víctima sufrió heridas leves "producto de un forcejeo". En el caso concreto del apaleamiento, la enseña lo negó categóricamente, insistiendo en que no se había producido paliza alguna.
El documento que desmiente la versión del grupo que comanda Gerardo Lertxundi concuerda con la versión sindical del incidente. Es calcalda casi al 100% con lo aportado por la parte social de los vigilantes en primera versión, historia que fue desmentida por TMB.