La alcaldesa de Barcelona ha defendido hoy los pisos-contenedor que miden a partir de 30 metros cuadrados. Ada Colau ha tildado de "dignos y con acabados de calidad" los primeros 12 habitáculos en contenedores marítimos, que ha estrenado la munícipe hoy en el casco antiguo de Barcelona.

En el acto de presentación del proyecto de Viviendas de Proximidad Provisional (Aprop, por sus siglas en catalán), Colau ha avanzado de que licitará en enero otros 40 módulos en la calle Bolívia, en el 22@, el distrito de Sant Martí. Según ella, estos contenedores "son adecuados, dignos, es mejor que estar en pensiones, como ocurre ahora con muchas familias", habida cuenta de la lista de espera de la Mesa de Emergencia Habitacional, que asciende a centenares de personas y que creció durante el pasado mandato.

Carme Trilla: "Es una solución, no la definitiva"

La munícipe ha defendido el nuevo bloque de viviendas de usar y tirar, que ha costado cerca de un millón de euros, pese a las críticas de los expertos, como Anne Longfield, comisionada de la Infancia del Reino Unido. "Cuando llegamos al gobierno encontramos un parque de apenas 7.500 viviendas públicas municipales", ha criticado la líder de Barcelona en Comú.

 
Pisos contenedor de Barcelona, los llamados APROP / CG

Según ella, los pisos-contenedor se enmarcan en la "lucha contra la emergencia habitacional" del Ayuntamiento de Barcelona, un combate que hasta ahora no ha conseguido reducir la lista de espera, que alcanza las 600 personas. Según ella, "innovamos, buscamos soluciones. Hace poco anunciamos la compra de un bloque en Sants contra la gentrificación. O la licitación de centenares de viviendas tuteladas en los antiguos cuarteles de Sant Andreu", ha enumerado.

Carme Trilla: "Son una solución, no la solución"

Ha acompañado a la primera edil Carme Trilla, presidenta de la Fundación Hábitat 3 y experta en vivienda social. "Se trata de un proceso nuevo, industrializado, de producir vivienda pública. Bajo mi punto de vista es una solución a la emergencia habitacional, aunque no la única solución", ha argumentado la también economista.

Según ella, la gran ventaja de los pisos-contenedor es la "celeridad", ya que el proceso de construcción se ha demorado un año y medio, por entre seis y siete años las viviendas convencionales protegidas. Según Trilla, "el producto es de calidad y presenta acabados similares a los del mercado". Con ello, la experta ha indicado que se imponen "distintas soluciones desde las administraciones".