La Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, ha iniciado una investigación de oficio para detectar la naturaleza de los conflictos en la red de carriles bici de Barcelona y su percepción por parte de ciclistas, peatones y conductores.
Así lo ha asegurado en unas declaraciones publicadas en La Veu de la Síndica, el boletín de esta institución, en las que sostiene que "el incremento de usuarios y la discontinuidad de la red han llevado a problemas entre peatones y ciclistas, y que en algunos casos han derivado en percepción de inseguridad por parte de todas las personas implicadas".
Sincronización de semáforos
Según ha señalado la defensora de la ciudadanía barcelonesa, el estudio prestará especial atención a la sincronización de los semáforos debido a que la principal causa de estos conflictos es la convivencia de los itinerarios de peatones, vehículos motorizados y bicicletas en varios puntos importantes de la ciudad.
La síndica identificará estas situaciones de conflicto "principalmente desde la posición de colectivos vulnerables, como podrían serlo los colectivos de gente mayor, niños o personas con movilidad reducida", y prestará atención en la situación de mobiliario urbano y equipamientos (bancos, contenedores, accesos metro, etc.) en relación a la infraestructura de carriles bici. "Una vez detectadas las diferentes situaciones de conflicto y la naturaleza de estas, se formularán unas conclusiones y recomendaciones para minimizarlas", ha explicado Maria Assumpció Vilà.
El estudio será exhaustivo ya que la ciudad de Barcelona cuenta con diversos tipos de vías ciclistas, como son las aceras bici, las calles de plataforma única (con velocidad limitada de 10 o 20 km/h) y zonas 30 (limitadas a 30 km/h). Y se complica más con la distancia total de éstas, con la pretensión del ayuntamiento de llegar a alcanzar los 300 km de recorrido total de carriles bici.