Los vecinos del Raval se enfrentan a la proliferación de narcopisos del barrio. Lo hacen como pueden y a sabiendas de que ponen su seguridad e integridad física en peligro. El pasado sábado, por ejemplo, entraron a un local que, previamente, había sido desalojado por los Mossos y reokupado, poco después, por los narcotraficantes.
La acción de los vecinos se centró en el bajo del número 1 TER de la calle Riereta del popular barrio de Barcelona, según avanza La Vanguardia. La última intervención de la policía catalana en este local tuvo lugar el miércoles 30 de octubre y, en menos de una semana, volvía a estar merodeado por "siniestros personajes", tal como publica el diario.
Actuación vecinal
Conscientes de que un piso vacío y sin vigilancia es un claro objetivo para las bandas que se dedican al menudeo y tráfico de drogas, los residentes de las vías colindantes decidieron poner de su parte para evitar que se convirtiera, de nuevo, en un narcopiso.
Colocaron en los accesos tablones, cadenas y demás objetos en un intento de impedir una nueva okupación ilegal del lugar. Sin demasiado éxito.
Narcopiso reokupado
Desde la plataforma vecinal Acció Raval han explicado que los okupas entraron por una de las ventanas, después de arrancar el contrafuerte improvisado, y cambiaron la cerradura de la puerta. Se avisó a la policía sobre el nuevo allanamiento y unos agentes se pasaron por el lugar, aunque no pudieron actuar.
Los residentes decidieron ir un paso más allá: un grupo de unas 15 personas se reunieron ante el local, entraron por el patio de luces después de que un vecino entrara en la finca y, de nuevo, tapiaron puertas y ventanas.