El castellano saca pecho frente al catalán como lengua preferida entre los catalanes. Según los resultados obtenidos de la encuesta Òmnibus del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat de Cataluña, un 47,4% de los catalanes encuestados prefiere comprar libros en castellano, mientras que un 23% se decanta por el catalán. Las cifras pertenecen a un sondeo realizado a 1.200 personas entre el 3 y 25 de junio y con un margen de error del 2,83%.
En el ámbito cinematográfico, la preferencia por el castellano de los espectadores es aún más creciente que en la lectura. El CIS catalán asegura que el 49,1% de los catalanes prefieren ver las películas en castellano y un 13,1% en catalán.
Gran interés por la cultura
Lo mismo ocurre en ámbito del teatro, donde el 25,2% de los encuestados prefieren las representaciones en catalán, mientras casi el 37% se inclinan por ver las obras en lengua española.
La música es la que obtiene un porcentaje más indiferente, pues más del 40% aboga por la versión original.
Lo que queda claro bajo estas cifras, es la importancia de la cultura para los ciudadanos. Casi la totalidad de los entrevistados defiende que su acceso es un derecho de la misma índole que la educación, la salud y la vivienda, ya que defienden que la actividad cultural mejora el bienestar y la salud de las personas en un 97% de las respuestas.
Más profesores
El sistema educativo es otro de los aspectos que más les preocupa y, a su vez, valoran los entrevistados. Más del 63% considera que el nivel del sistema universitario es bueno o muy bueno pero, pese a esta satisfacción, el 51,6% asegura que es preciso un aumento del profesorado para garantizar el derecho a la escuela inclusiva y para mejorar la atención diversificada del alumnado.
La escuela concertada desbanca, por los pelos y con una balanza bastante igualada, a la pública frente al debate sobre la titularidad de los centros. Poco más de 50% se decantan hacia que los centros sean tanto públicos como privados con la opción de concertar servicios privados para satisfacer las necesidades de escolarización. El 47% cree pertinente que las escuelas sean puramente públicas sin la intervención de dinero privado para garantizar un acceso libre y equilibrado.