Detección precoz del Alzheimer. El doctor Alberto Lleó está al frente del equipo del Hospital Sant Pau que ha validado una técnica de diagnóstico de esta enfermedad neurodegenerativa. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona, su trayectoria ha estado ligada a la investigación de los trastornos de la memoria. Tras este logro, explica a Crónica Global los últimos avances para luchar contra la desaparición de los recuerdos.
--PREGUNTA: ¿Cómo se detecta el Alzheimer?
RESPUESTA: El estudio que hemos publicado valida una técnica de diagnóstico precoz que consiste en detectar alteraciones en proteínas del líquido cefalorraquídeo. Para ello hay que hacer una punción lumbar, sacar una pequeña cantidad, y luego en el laboratorio se analizan cuatro proteínas. Así detecta la enfermedad en la fase del periodo cognitivo ligero o leve, cuando la persona experimenta una pérdida de memoria pero hace una vida normal, con poca afectación funcional.
--¿Dónde reside el avance?
Hace 15 años una de las dificultades era que se diagnosticaba a las personas con Alzheimer cuando ya se perdían en la calle, por ejemplo. Es decir, cuando los síntomas eran muy evidentes, pero la pérdida de memoria podía y puede deberse a otras causas. Ahora diagnosticamos a gente que hace una vida prácticamente normal pero que tiene una pérdida de memoria relativamente leve.
--¿Cuándo se manifiesta?
La enfermedad es más frecuente a partir de los 65 años. Entre 50 y 65 también hay casos, aunque es más raro. Durante esta franja, los pacientes afectados suelen tener que tomar decisiones como si siguen trabajando o no, y es cuando la prueba diagnóstica es más útil, porque la persona necesita tener la certeza de si tiene o no Alzheimer. No puede tener dudas.
--¿Se conocen las causas?
Se sabe que dos proteínas se acumulan en el cerebro --la amiloide y la tau-- articulan el Alzheimer. Por eso ahora los tratamientos de los ensayos clínicos actúan contra ellas, pero las causas de por qué lo padecen las personas no están muy claras. Es una enfermedad compleja. Probablemente existen indicadores genéticos, aunque los hilos de vida también influyen. Por ejemplo, factores de riesgo vascular como la diabetes o la hipertensión mal controlada pueden contribuir, así como la inactividad o la falta de ejercicio físico. La suma de todos es la que determina si una persona acaba teniendo la dolencia.
--¿La prevalencia?
Como es una enfermedad asociada a la edad, con el envejecimiento de la población irá aumentando de manera progresiva en los próximas décadas. Se estima que el número de casos es del 1% entre las personas que tienen 65 años, pero con cada lustro, se duplica esta frecuencia. Es decir, aumenta entre las personas de edad más avanzada.
--¿Mantener la actividad, tanto física, como mental, ayuda a prevenirlo?
Los factores genéticos no son modificables. Lo que sí sabemos es que hay una serie de factores ambientales que son muy importantes para la prevención, tanto física --evitar los factores de riesgo vascular-- como intelectual. Ejercicio físico, y también la estimulación social es importante como prevención.
--¿Qué viene tras el diagnóstico?
Un tratamiento farmacológico. Se dan medicamentos ya aprobados, que no curan o no ralentizan la enfermedad, pero sí que alivian los síntomas, como la pérdida de memoria. También contra la depresión, si se presentan este cuadro. En la actualidad hay cuatro fármacos aprobados pero no actúan sobre la raíz --la causa-- de la patología.
--¿Las líneas de investigación se dirigen a atajar las causas?
Ahora se buscan medicamentos que estabilicen el cuadro pero actuando sobre las causas de la enfermedad. Hoy en día se están llevando a cabo muchos ensayos clínicos que investigan medicamentos que se cree que actúan contra las causas: el cúmulo de --las proteínas-- amiloide y tau en el cerebro. La mayoría se han centrado en la primera, pero cada vez más se dirigen a la segunda.
--Estos cuatro fármacos se recetan para paliar la pérdida de memoria. ¿Una pastilla puede impedir que se borren los recuerdos?
De alguna manera es similar a los antidepresivos. Lo que hacen es actuar sobre unos neurotransmisores que sabemos que se pierden en la enfermedad de Alzheimer e incrementan sus niveles, de manera que neuronas y circuitos funcionan mejor. Las neuronas se siguen degenerando, y el proceso sigue su curso, pero las personas pueden experimentar cierto alivio de los síntomas, no solo de la pérdida de memoria, sino también del trastorno de conducta si lo hay.
--¿Cambios de comportamiento?
Si se manifiesta, el trastorno de la conducta, suele ser bastante tardío. La persona comienza con un trastorno de la memoria y, a medida que pasan los años, pueden aparecer estos síntomas, que no todo el mundo desarrolla, pero es frecuente que el enfermo esté más irritable o a veces también más deprimido. Es una de las características habituales.
--¿El estado del paciente oscila hacia la irritabilidad o el decaimiento?
Sí. Por eso los antidepresivos son una medicación que se administra a menudo a personas con Alzheimer, porque pueden llevar a controlar el ánimo, pero también alguno de los síntomas como la inquietud, o a veces la falta de iniciativa, o incluso la irritabilidad.
--¿El deterioro cognitivo es progresivo?
La enfermedad por definición lo es. Cada persona tiene un curso diferente, pero puede durar entre 10 y 15 años desde que se empiezan a manifestar los síntomas. Lo que sabemos es que el periodo de incubación es largo. Es decir, se ha comprobado que los cambios en el cerebro empiezan años antes de que alguien empiece a notar la pérdida de memoria.
--¿Qué se le dice a un paciente tras ser diagnosticado?
Hoy en día, a diferencia de lo que pasaba hace años, se diagnostica Alzheimer en estadios muy incipientes, y la persona aún puede tener un nivel de actividad muy alto. Es decir, la detección precoz aporta muchas ventajas. Para empezar, porque el paciente es consciente, puede tomar decisiones, como dejar de trabajar o qué quiere hacer en el futuro. También recomendamos entrar en ensayos clínicos, que suelen durar dos años, con medicaciones que atacan las causas principales de la enfermedad. Una oportunidad, sobretodo para gente más joven, que no tenga otras dolencias.
--¿Cuándo un olvido se convierte en una señal de alarma?
La pérdida de memoria que debe hacer sospechar no es olvidarse las llaves, o no saber dónde uno ha dejado el bolso, sino algo mucho más denso y pronunciado. La persona olvida cosas recientes, y no es capaz de recordar un episodio completo y saber qué ha ocurrido. Algo que no solo nota el enfermo, sino todo su entorno, como dificultades por saber el día o la hora que es, y más adelante, problemas de orientación. En todo caso, si aparece alguna señal consistente y alguien más lo corrobora, merece la pena realizar alguna prueba.