El Ministerio Fiscal ha resuelto modificar su criterio y elevar de abuso a agresión sexual su acusación contra los seis procesados por haber violado, por turnos, a una menor de 14 años durante un botellón en Manresa (Barcelona), por lo que ha aumentado la petición de pena hasta 14 y 15 años de cárcel.

El juicio contra los seis supuestos agresores de una menor ebria en una fábrica abandonada de Manresa --y un séptimo acusado de masturbarse mientras presenciaba la violación sin impedirla-- se ha reiniciado este lunes en la sección 22ª de la Audiencia de Barcelona, donde ha quedado visto para sentencia.

Agresión

En su informe final, la fiscal ha destacado que los jóvenes se valieron de su superioridad numérica para "intimidar" a la víctima, aprovechándose tanto de su "complexión menuda" y su "temprana edad", como de que ésta se encontraba "bajo el influjo de las drogas" y tenía "nublados el entendimiento, la voluntad y la capacidad de reacción".

"Es como si pisotearan el cuerpo de la víctima para correrse una juerga", ha denunciado tras censurar que se ponga el "foco" en la menor y se le exija "ser una héroe" cuando, en realidad, ha dicho, era una joven "con problemas y mucho miedo", que fue agredida "con desprecio a su condición de mujer".

Vulnerabilidad y pistola de fogueo

Para el ministerio público, lo verdaderamente relevante es que los supuestos agresores se aprovecharon del lugar "inhóspito" en el que se encontraban esa noche y de la "vulnerabilidad" de la víctima para agredirla, factores que justifican, a su entender, la existencia de la "intimidación ambiental" necesaria para elevar la pena.



Para esta decisión, que ha descartado que sea "caprichosa" o "interesada", la fiscal ha tenido en cuenta que los jóvenes jugaran con una pistola de fogueo durante los hechos, alardeando de ella con ademán de castigar a la menor, tal como ella misma relató.



Por ello ha imputado a los seis jóvenes de agresión sexual --en dos casos continuada-- y pide penas de 14 y 15 años de cárcel, mientras que para el séptimo acusado requiere una multa de 4.320 euros por el delito de omisión de deber por masturbarse sin impedir la violación múltiple.

Veracidad

Durante su exposición, la fiscal ha puesto énfasis en la "veracidad" del relato de la menor al aseverar que ni "miente" ni se mueve "con ánimo de venganza", sino que vivió una situación "absolutamente denigrante" que la hizo sentir "avergonzada" y "desbordada".

Los hechos se produjeron en octubre de 2016, cuando la menor acudió a un botellón en el Camí Torre d'En Viñas de Manresa en compañía de una amiga y donde presuntamente uno de los agresores, Bryan Andrés M., la condujo hasta una caseta abandonada para violarla, tras lo cual animó al resto de imputados a hacer lo mismo con la frase: "Te toca a ti, 15 minutos cada uno y no tardes".

Obstrucción a la justicia

A Bryan Andrés M. la fiscalía lo acusa además de cuatro delitos de obstrucción a la justicia por haber amenazado a varios testigos para que no contaran lo ocurrido, por lo que pide para él 10 años más de cárcel a sumar a los 15 que pide por la agresión.

Durante la última sesión del juicio, han declarado las dos peritos que analizaron las pruebas de ADN y han corroborado que las muestras examinadas sólo incriminan a uno de los acusados, Daniel D.R., que permaneció dos años en prisión preventiva después de que se encontrara semen "plenamente coincidente" con el suyo en el interior de los vaqueros de la víctima.

Sin embargo, a las puertas de la Audiencia --a la que los acusados han llegado cubiertos con prendas de ropa para evitar que se les viera el rostro-- uno de sus abogados, Abel Pié, ha destacado que "no se dan los requisitos" para calificar los hechos de "agresión" porque la prueba de ADN exculpa a los otros seis. Durante sus respectivos turnos, las defensas han coincidido en criticar la investigación "dirigida, parcial y condicionada" por el relato de la amiga de la víctima, a quien han acusado de "influenciar" a la menor en su discurso.

Antes de finalizar el juicio, los acusados, a quienes se les reclama también una indemnización de 60.000 euros, han rechazado hacer uso de su último turno de palabra, aunque uno de ellos, Marco Antonio R., ha accedido a ello para afirmar que es "inocente".