El diseñador Javier Mariscal se pasa a la cerámica por una buena causa. Se trata de la construcción de una escuela en Thionck-Essyl, una pequeña población de Senegal, con 15.000 habitantes. Las piezas se podrán adquirir a partir de este jueves, a las 20:00 horas, en la galería El Diluvio Universal, en Barcelona.
Entre ellas, platos, fuentes y jarrones, que Mariscal ha pintado a mano. También se podrán comprar ilustraciones del artista que recogen la belleza de los paisajes y los rostros con los que el autor se topó durante sus viajes a este país del África subsahariana.
Hechizado por lo baobabs
La primera vez que el padre de Coby --mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992-- puso un pie en el continente fue en 1984, de la mano de otro ilustre de las artes, Miquel Barceló, junto al que atravesó el desierto para llegar a Mali. A partir de ese momento, quedó hechizado por su luz, y los baobabs --árboles que también impresionaron a Antoine de Saint-Exupéry para alumbrar su célebre El Principito--.
Pero, sobretodo, los habitantes de los pueblos que visitó, y sus sonrisas, fueron las que cautivaron al diseñador. Detalles que recoge en las obras que ha alumbrado para recaudar fondos y ayudar a finalizar la construcción de las 23 aulas que acogerán a 500 alumnos de secundaria el próximo octubre, cuando tenga lugar la inauguración del centro.
‘La Escuela’
Esta nueva iniciativa de Mariscal --que ya colaboró con este proyecto con sus dibujos--, se une a la del ilustrador Javier Royo, que publicó el cómic La Escuela, en el que narra cuatro historias de amor entre africanos y europeos, para recaudar fondos y contribuir así a su construcción. De hecho, el viñetista fue el responsable de que el valenciano se involucrase en esta andadura hace dos años. "No lo dudé, cargué mi mochila de lápices, y allí me fui una semana", explica. Durante sus estancias en la localidad senegalesa, imparte talleres de dibujo entre los pequeños.
Detrás de la iniciativa se encuentra Foundawtion, una organización sin ánimo de lucro que funda un estudio de arquitectura barcelonés, para comenzar con este proyecto en junio de 2014. "La escuela ya está casi terminada pero aún queda mucho por hacer. He llenado de nuevo mis libretas y mi iPad de dibujos de la gente, de la vida en África. Algunos de ellos estarán por aquí", cuenta Mariscal, quien admite que la tierra roja de este territorio le ha inspirado para crear la colección de cerámica.