La reforestación del territorio nacional podría ser la solución para contrarrestar la emisión de gases contaminantes y alcanzar la tasa cero. El Institut Agrícola Català de Sant Isidre asegura que el aumento de la zona de bosques en un 15% permitirá llegar a emisiones netas nulas en 2050, aunque también debe hacerse una "gestión activa" de estas zonas naturales para alcanzar esta meta.
Cataluña es una de las regiones en las que el crecimiento de la superficie forestal ha ido en aumento. De hecho, la institución asegura que la comunidad ha duplicado las zonas de naturaleza bajo esta denominación, que alcanzan "cerca del 70% del total del territorio". Sin embargo, a pesar de este positivo dato, es una de las regiones que "donde las emisiones netas son de las más elevadas". De hecho, la tasa media anual en el periodo 1990-2017 ha crecido un 0,55%.
Crecimiento forestal en Cataluña
El crecimiento de los bosques catalanes en los últimos años se debe, en gran medida, al desuso de terreno destinado a la agricultura. "Los crecimientos forestales son a expensas de superficie agraria útil que se abandona, o de la forestación de pastos" que han sufrido este mismo trato, ha comunicado el Institut Agrícola en un comunicado, en el que destaca que 15 puntos porcentuales de esta expansión de naturaleza forestal se explica por este factor.
Una de las peculiaridades de Cataluña frente a España respecto a las extensiones de bosque es que cuenta con poco terreno de "propiedad comunal o desconocida". "La propiedad pública es minoritaria", destaca la organización, "suelen ser pastos y bosques gestionados por el ayuntamiento o terceros en régimen de subastas, o también de asignación en sorteo entre vecinos del pueblo". Esta casuística influye, además, en la gestión de los terrenos, según el instituto agrícola, que asegura que las zonas comunales "están mejor gestionadas, puesto que son para los municipios una fuente importante de ingresos".
Más de la mitad de España es bosque
La institución catalana apunta que el 54,8% del territorio nacional es forestal. Es el tercer país de Europa con mayor volumen de bosques, solo superado por Suecia y Finlandia, y su crecimiento anual está muy por encima de la media europea --un 2,2% frente al 0,5%--. Estas son las razones por las que destacan que las extensiones naturales deberían ser "unas de las vías más importantes" y una "ventaja competitiva" para España en la lucha contra los gases de efecto invernadero.
Una de las carencias destacadas es el bajo aprovechamiento de la madera que se realiza en el país. Según la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, cada año se desperdician entre 30 y 40 millones de metros cúbicos de madera y biomasa abandonada en los bosques, que podría invertirse en la generación de energía. Otro punto a mejorar, según el Institut Agrícola Català.
Biomasa como fuente energética
"La escasa penetración de la biomasa en el mix de generación eléctrica resta atractivo a la explotación del bosque", destaca la institución, que culpa al Gobierno de la paralización de las inversiones en este terreno. "Las medidas urgentes tomadas en 2012 para atajar el déficit de tarifa en el sector eléctrico suprimieron los incentivos a la instalación de nueva capacidad de cogeneración, lo que paralizó las inversiones en equipamientos en generación a partir de biomasa, biocarburantes o residuos agrícolas, ganaderos o de servicios".
El instituto apunta que el "equilibrio entre agricultura e industria como emisores de CO2", junto a una mejor gestión de los recursos y "una regulación que favorezca el aprovechamiento de los bosques" conseguirá ganar la batalla contra la contaminación de la atmósfera.