Del 24 de julio al 9 de agosto de 2020, Tokio va a convertirse en la capital del deporte cuando se celebren los Juegos Olímpicos. La capital de Japón será uno de los lugares más atractivos para los aficionados a las disciplinas deportivas, lo que supondrá un aliciente más para que personas de todo el mundo quieran conocerla.
Y es que, con más de 9 millones de habitantes, Tokio cuenta con una serie de atractivos que resultan únicos para propios y extraños que hacen que siempre esté en el top 10 de las ciudades más visitadas del mundo, según datos del informe Global Destination Cities Index que MasterCard presentó en 2018.
Tradición y templos
El carácter más tradicional de Japón, el formado por esos templos envueltos en auras de espiritualidad está presente en Tokio, especialmente, en dos símbolos de la ciudad. Uno es Sensō-ji, un templo budista que es el más antiguo (data del año 645) y visitado de Tokio. Se encuentra en Asakusa, fue reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial y es de acceso gratuito.
El otro gran espacio espiritual es Meiji-jingu, un templo sintoísta ubicado en Harajuku y rodeado de un inmenso bosque. Fue construido en 1920 dedicado al espíritu del Emperador Meiji y su consorte, quienes llevaron a la modernización del país en el siglo XX. Y es el de mayor tamaño de la ciudad.
Samuráis y castillos feudales
Otra de las imágenes comunes de Japón en el imaginario colectivo son los samuráis y la historia feudal de Japón. Para ello, Tokio cuenta con el Museo Samurai, un espacio repleto de espadas, cascos y armaduras que permiten conocer la historia del Japón antiguo, ver simulaciones de combates y aprender a manejar la espada.
Y por supuesto, otro de los símbolos de la ciudad es el conocido como Kōkyo o Palacio Imperial de Tokio, la residencia permanente del Emperador del Japón. Solo se pueden visitar los jardines del ala este. El interior solo se abre al público durante el cumpleaños del Emperador y el 2 de enero.
Meca de la cultura geek: Akihabara
El aspecto tradicional de los templos contrasta con Akihabara, la zona donde se congregan comercios y aficionados a la cultura geek del anime, el manga, los videojuegos, el audiovisual, la electrónica y la robótica. Grandes edificios verticales llenos de negocios en los que encontrar desde productos nuevos hasta artículos antiguos de coleccionismo de estos ámbitos.
Además de las tiendas hay centros de recreativas de reconocidas empresas como Sega o Taito, karaokes y en los últimos años se han popularizado los maid café, que atraen a locales pero sobre todo a turistas, cafeterías en las que las camareras son mujeres que hacen cosplay con atuendos de sirvientas.
Luces y caos ordenado
Con más de 9 millones de habitantes, la capital de Japón cuenta con zonas muy multitudinarias, que, aunque podrían parecer un caos, hay orden. Shinjuku es uno de los barrios más reconocidos de la ciudad por sus neones llamativos y por ser de las zonas más concurridas. Ahí es posible encontrar todo tipo de restaurantes y bares y negocios en cada una de las plantas de largos edificios verticales.
En este lugar se encuentra precisamente el barrio rojo de Kabukicho, espacio lleno de luces y ambiente las 24 horas del día. Mención aparte para el también emblemático barrio de Shibuya, al sur de Shinjuku, que cuenta con establecimientos de ocio y tiendas de moda así como con el famoso paso de peatones donde multitud de peatones se cruzan sin chocar.
Gastronomía para todos
Uno de los elementos que más llama la atención de Tokio es que es la ciudad con más restaurantes del mundo, con más de 148.000 según datos de World Cities Culture Forum. La gastronomía tiene mucho valor y es posible encontrar todo tipo de establecimientos. Desde restaurantes tradicionales, hasta propuestas de lujo pasando por puestos callejeros o las típicas izakayas.
La comida japonesa apasiona y se ha extendido en todo el mundo y en Tokio es posible probar los platos más típicos como ramen, sushi (el más fresco incluso en la lonja de Tsujiki), los platos de soba, las brochetas yakitori y hasta los de otras regiones como el okonomiyaki o los takoyaki tradicionales de Osaka.