La movilidad en Barcelona tiene muchos nuevos agentes, pero pocos ciudadanos se atreven con los modelos de transporte compartido.
Esta es una de las conclusiones que destacan desde el RACC tras haber realizado el primer estudio sobre el Uso de los vehículos compartidos en Barcelona. Los datos analizados, aunque halagüeños, reflejan poca penetración en la sociedad: menos del 10% de los ciudadanos ha utilizado alguno de los modelos de movilidad compartida en sus diferentes modalidades.
Uso joven y urbano
De los tres modelos de transporte compartido que la empresa ha analizado --bicicleta, moto y coche-- el bikesharing es el que más usuarios han probado, un 8,7%. Le sigue el carsharing con un 7,3% de usuarios y, por último, el motosharing, que solo ha sido usado por el 3,6% de ciudadanos. Los perfiles que usan bicis y motos compartidas tienen más similaridades entre sí que con los que utilizan turismos de lo que no tienen propiedad: los transportes de dos ruedas son elegidos de forma mayoritaria por los menores de 35 años (el 74% en el caso de la bicicleta; el 66% en caso de las motos) y se utilizan para viajes cortos dentro de la capital catalana.
En el caso de los que utilizan carsharing, más del 61% tiene más de 35 años, con la franja entre los 36 y los 50 como la más representada --el 38% del total--. En este caso, más de la mitad de trayectos realizados son de entre 20 y 50 kilómetros, es decir, es un trasporte más utilizado para viajes fuera de la ciudad, aunque no para largas distancias --solo el 12% de los usuarios realizan trayectos de más de 50 kilómetros--. Por otro lado, solo el 12% utiliza el coche compartido únicamente para viajes dentro del entorno urbano.
La mayoría no tienen vehículo propio
Si hay algo que caracterice al usuario de servicios de movilidad compartida, es que en la mayoría de casos no cuentan con un vehículo propio. De hecho, siete de cada diez de ellos asegura que no posee transporte motorizado privado, en la mayoría de los casos, por el alto coste que supone comprar y mantener una moto (41% de las opiniones) o un turismo (35%).
En este sentido, sorprende un dato sobre el perfil de los usuarios del servicio de motosharing: el 56% de ellos admite que no tiene permiso de conducción específico de motos, y únicamente la mitad de ellos --concretamente el 53%-- tenía experiencia antes de ponerse a los mandos de estos vehículos. Algo que desde el RACC tildan de "preocupante", ya que este servicio de transporte personal es el que más accidentes tiene.
Problema de seguridad viaria
El estudio de la aseguradora expone que el 10% de los que han utilizado motos compartidas aseguran haber tenido un accidente de tráfico, un número sensiblemente superior al que refleja el usuario de carsharing --8%-- y de bikesharing --7%--. Además, los conductores de motocicletas eléctricas son los únicos que destacan problemas relacionados con la seguridad al volante: el 20% se han encontrado con que los cascos disponibles eran de una medida inadecuada, con el consecuente riesgo que ello implica en caso de choque.
Sin embargo, este no es el mayor problema que tienen estos servicios. La mayoría de personas que utilizan cualquiera de estos servicios apunta a la falta de disponibilidad como molestia principal, así como problemas en las aplicaciones móviles a la hora de alquilar bicicletas, motos o coches.