El incendio en la catedral de Notre Dame que se inició este lunes en torno a las siete de la tarde ha dejado este martes imágenes impactantes sobre los daños que se han producido.
Las partes más perjudicadas han sido la aguja central, la cubierta del templo y el altar. En cambio, la estructura ha resistido a los efectos del fuego.
La aguja sucumbe a las llamas
Las instantáneas más espectaculares se tomaron cuando empezó a arder la parte central de una iglesia que fue eregida en 1163. La estructura gótica sucumbió y cayó de forma ladeada.
La aguja antes y después de sufrir el indencio / EFE
La cubierta de madera cede
Dos tercios de la techumbre han quedado completamente devastados. La madera es el material que soportaba la cubierta del monumento, con lo cual era una parte especialmente vulnerable al fuego.
Como muestran las fotografías, los 400 efectivos desplegados en la zona no pudieron hacer nada a tiempo para evitar que las llamas se propagaran por el techo. El martes por la mañana, los bomberos seguían rociando la ceniza del templo para evitar que revivieran las llamas.
Techumbre de la catedral, antes y después del incendio / EFE
La estructura se salva de los estragos
Una vez el fuego arrasó el techo, los bomberos aseguraron que la estructura de la catedral había quedado a salvo de la destrucción. Cabe tener en cuenta que las paredes son de piedra, un material que aguanta las altas temperaturas.
Ahora quedará por estimar los daños en términos económicos. En este sentido, y como emblema de la arquitectura no solo francesa sino europea, Macron ha lanzado un mensaje de optimismo: "Construiremos todos juntos Notre Dame, es nuestra historia".
Investigación abierta
Ya ha recolectado 300 millones de euros de las principales fortunas del lujo francés. La recaudación para sufragar los costes de la reconstrucción se realizará de forma paralela a la investigación del suceso.
Las primeras pesquisas indican que el incendio fue fortuito. Cabe tener en cuenta que se realizaban labores de rehabilitación cuando tuvo lugar el trágico incendio. No se han lamentado pérdidas humanas.