Las cárceles catalanas presentan una prevalencia del suicidio muy superior de la que se encuentra en la población de Cataluña. En concreto, nueve veces superior a la media de la sociedad catalana, lo que significa que si, en 10 años una de cada 16.949 personas consumaron el suicidio, en las prisiones fueron una de cada 1.862. El debate sobre los suicidios en prisión se ha abierto a raíz del caso de una presa de Brians 1 que se quitó la vida y está siendo investigado por las autoridades penitenciarias.
Los datos reflejan que, entre 2008 y 2018, de las 73 personas que pusieron fin a su vida en centros penitenciarios catalanes, 18 se encontraban en un una celda del Departamento Especial de Régimen Cerrado (DERT), según una información del diario.es. Aunque los reclusos en esta condición penitenciaria son tan sólo el 2% de los encarcelados, una de cada cuatro muertes por suicidio se dan en este régimen de aislamiento.
Régimen cerrado
Los departamentos de régimen cerrado se basan en espacios en el interior de las prisiones en los que los internos están hasta 18 horas diarias sin contacto humano Este régimen se aplica como sanción, que tiene un límite de 14 días, o por recibir un tratamiento de primer grado o régimen cerrado, que no contempla un límite temporal, aunque en la actualidad dura tres meses de media, según informa el mismo rotativo.
En 2018 hubo una reducción de la población en los DERT, que bajó hasta el 1,9%. No obstante, dos de las nueve muertes por suicidios registradas entonces fueron en estos espacios (un 22%). Esto representa una prevalencia por quitarse la vida 11 veces superior en aislamiento que en el resto de módulos de los centros penitenciarios.
Peor para las mujeres
Los datos comparados entre hombres i mujeres también muestran desigualdades notables. Los suicidios en la cárcel afectan mucho más a las mujeres, pese a representar solo el 7% de la población reclusa.
El 18% de las muertes por suicidio registradas durante la última década fueron de mujeres: 13 de 73. Una situación inversa entre la población libre, en la que solo representan un tercio del total.