Los museos no son sólo de cuadros y Cataluña tiene un buen número de museos curiosos que permiten descubrir algo nuevo, pudiendo ser una parada perfecta de unas pocas horas durante un viaje. Es el caso del Museu de Miniatures i Microminiatures de Besalú, municipio de la comarca de La Garrotxa conocido por su increíble puente y su arquitectura medieval, pero que también esconde este interesante lugar al lado del monasterio de Sant Pere de Besalú, en la plaza. La conocida casa de Cal Coro, antigua fábrica textil, ha visto reconvertidos sus 400 metros cuadrados para dar cabida a este proyecto que comenzó a gestarse en 1999, pero no abrió sus puertas hasta agosto de 2007 con una colección de 2.000 figuras.
El Museu de Miniatures i Microminiatures de Besalú, también conocido como Micromundi, cuenta con una gran variedad de miniaturas, miniminiaturas y microminiaturas, siendo el único de toda España en albergar una colección de este tipo. Lluís Carreras, joyero y coleccionista, es el creador de este espacio y todo lo expuesto pertenece a su colección privada. En total son más de 5.000 piezas las que han acumulado desde que comenzó con esta afición desde muy joven, interesándose por el trabajo minucioso y delicado. En su colección hay piezas de todas partes del mundo, con la firma de autores rusos, mexicanos, chinos, franceses, belgas, italianos, ingleses y españoles, entre otros.
Las salas del museo
El museo cuenta con tres espacios de exposición que a su vez representan tres tipos diferentes de objetos, de mayor a menor tamaño. La primera sala son escenas en miniatura, con una serie de comercios a escala 1:12 que reúnen en su interior más de 2.000 piezas. Desde una tienda de ultramarinos hasta una floristería o el interior de una farmacia del siglo XIX. Cada uno de estos cuadros ha sido confeccionado por un único artista que ha seleccionado los objetos del interior de las elaboraciones de otros artistas, pudiendo encontrar hasta objetos de veinte artistas distintos en una misma escena. Esta sala se puede ver sin necesidad de ningún aumento, pero hay que acercarse a las vitrinas para no perder ningún detalle.
L'Arca de Noe / RICALDE
La segunda sala es la de las miniminiaturas, un concepto que puede parecer imposible, pues supone representar la realidad en una escala hasta quinientas veces más pequeña. Se puede observar un circo en plena actuación, un elefante haciendo equilibrismo en la punta de un alfiler o a Pinocho y Gepeto en una cáscara de pistacho. Esta sala se trata de un pasillo con obras expuestas en sus laterales, teniendo que observar a través de una lupa para descubrir qué se esconde en cada una de ellas.
Las increíbles microminiaturas
Sin embargo, lo más fascinante del museo es, sin lugar a duda, la tercera sala, donde aguardan las microminiaturas. Con un tamaño 100.000 veces menor que la realidad, las piezas aquí expuestas sólo se pueden observar a través de un microscopio, construido y adaptado para cada una de estas piezas. Camellos en fila dentro del ojo de una aguja de coser, joyas sobre una pepita de manzana o incluso una Torre Eiffel construida encima de una semilla de amapola. Lo que se esconde en esta sala parece casi imposible, pero es el resultado de un cuidado y minucioso trabajo de artesanía. Incluso está la Sagrada Familia pintada al óleo sobre la cabeza de un alfiler o el papiro más pequeño del mundo.
'Dos carabelas en el canto del ala de un insecto' / ANATOLY KONENKO
El precio de la entrada normal es de cinco euros, con precio especial para niños de entre 8 y 14 años y completamente gratis para menores de 7 años. El horario de invierno es de martes a viernes de 10 a 15 horas, abriendo los sábados hasta las 20 horas y los domingos y festivos hasta las 19 horas. En horario de verano, que comprende desde marzo hasta la primera semana de octubre, el museo está abierto desde las 10 hasta las 20 horas.