Josep María Soler conocía los supuestos abusos sexuales de los que acusan a Andreu Soler antes de llegar a ser abad de Montserrat. Él mismo lo admitió a Miguel Ángel Hurtado, el hombre que ha dinamitado el caso y lo ha hecho público años después de sufrir tocamientos por parte del monje benedictino. Y lo hizo en una reunión que ambos mantuvieron en la abadía en 2015.
Hasta ahora, la versión oficial sostenida por el abad Soler especificaba que conoció el caso que denuncia Hurtado cuando fue nombrado máximo responsable del recinto religioso catalán. Sin embargo, nada había pronunciado sobre los "rumores" que apuntaban a una supuesta actividad homosexual por parte de éste en los años setenta. Época en la que él era uno más de los monjes de la comunidad.
Grabado en vídeo
Cuando el hombre que asegura haber sido víctima de abusos sexuales por el hermano de Montserrat se reunió con el --ya-- abad Soler hace algo más de tres años, ocultó una cámara entre sus ropajes y grabó la conversación. Este vídeo ha sido ahora dado a conocer y ha sido difundido por el periódico El País. En él, el abad Soler admite que en "los años setenta y tantos" había escuchado "rumores" que apuntaban que en Santa Cecilia podrían haber tenido lugar relaciones homosexuales. Este recinto era en el que Andreu Soler llevaba a cabo sus reuniones con los jóvenes del movimiento scout que él mismo fundó.
El abad asegura que había reuniones de "jóvenes" una vez al mes en aquella hermita; deja claro que "no sabía si eran menores" pero insisite en que le había llegado "algún comentario" sobre estas supuestas relaciones. Ante la pregunta de Hurtado que incide directamente sobre su conocimiento de lo que ocurría en Santa Cecilia, el Soler replica de forma rápida que el "no era el abad" en aquel momento y se escuda en que, siendo uno más de los monjes montserratino, comunicó las habladurías al entonces abad.
"No me pilla por sorpresa"
Tras avisar al entonces encargado de la abadía, Cassià Just, el monje se desentendió del caso. "¿Qué le dijo el señor Just?", le pregunta Hurtado, a lo que Soler responde: "Que él buscaría; que investigaría. Pero no sé más". Esta declaración apoya la teoría que hasta tres abades de Montserrat conocerían los supuestos abusos sexuales que llevó a cabo Andreu Soler desde los años setenta. Cassià Just (responsable de 1966 a 1989); Sebastià Bardolet ( de 1989 hasta 2000) y el propio Josep María Soler, que, ya como abad, decidió apartar al monje.
Fue en ese mismo año en el que la madre de Hurtado conoce los hechos y decide hablar con él. Pero ya tenía conocimiento de las actividades de Andreu Soler, por lo que admite sin tapujos que la información "no me pilla por sorpresa".