El Ayuntamiento de Playa de Aro (Girona) ha creado una patrulla nocturna específica para combatir el botellón y el consumo de bebidas alcohólicas en la calle. Una pareja de agentes pasea por las calles del municipio para evitar que se beba fuera de los bares y discotecas. En tan sólo tres semanas, desde de Sant Joan, se han impuesto 32 denuncias por esta infracción de las ordenanzas.
Las multas oscilan entre 150 y 300 euros. David Puertas, subinspector del cuerpo, ha declarado al Diari de Girona que lo que más les preocupa son los casos de menores que consumen alcohol. Por ello, cada vez que denuncian uno, llevan a los padres a comisaría para hablar con ellos y, en caso de que no sea posible, los envían una carta a su domicilio.
Buenos resultados
En los últimos cuatro años, el esfuerzo de vigilancia ha dado resultados, como demuestra el descenso del número de delitos. El consistorio también ha prohibido que se beba alcohol en la playa, plazas y calles de la localidad.
En paralelo, la patrulla controla otras infracciones de las ordenanzas (como la venta ambulante u orinar en la vía pública).
Descenso del 12%
Entre este Sant Joan y estos momentos, en comparación con el mismo periodo de 2017, la reducción global de delitos ha sido de casi un 12% (pasando de 218 ilícitos a 190). David Puertas hace especial incidencia en el bloque de delitos contra el patrimonio (robos y hurtos), que son aquellos "que crean más alarma social".
En el caso de los hurtos, el descenso ha sido del 30% (de 103 casos se ha pasado a 72). Y en cuanto a los robos con fuerza, han bajado un 25% (pasando de 27 a veinte). El jefe de la Policía Local también destaca que, en paralelo, el cuerpo "ha incrementado la efectividad" con las detenciones.
El año pasado, entre principios de verano y mediados de julio, se habían arrestado a siete personas. Ahora ya se ha pasado a 13. La mayoría de ellas, por haber cometido delitos contra el patrimonio.