Los desahucios y el aumento del precio de los pisos de alquiler en Barcelona se han convertido en uno de los principales motivos de abandono de animales. Así lo refleja un estudio estadístico de la Lliga per a la Protecció d’Animals i Plantes de Barcelona basado en las llamadas recibidas en la protectora, situada en la calle Guarda Antón, en el Tibidabo, entre el 1 de octubre de 2017 hasta el 28 de febrero de 2018.
“Ahora, desde principios de julio, estamos volviendo a llevar un control de los avisos porque estamos notando cambios: más volumen de llamadas para entregar animales, más incidencia de problemas de desahucio y alquileres…”, explica Enric Solé, responsable de la Lliga.
Así, en el período indicado la entidad animalista recibió 23 llamadas para abandonar a mascotas (15 perros y 8 gatos) por desahucio y 33 (23 perros y 10 gatos) por cambiar de piso a uno en el que no aceptan animales. “La imagen del perro en la carretera mirando cómo se va el coche de sus dueños ha quedado obsoleta”, añade Solé. “Ahora la imagen es la de la familia que se ha quedado sin casa y tiene que dejar a su mascota”.
Falta de tiempo
Sin embargo, los principales motivos de abandono en este refugio son la falta de tiempo para dedicarle a la mascota (78 llamadas, 52 perros y 26 gatos); haberse encontrado al animal y no poder hacerse cargo de él (67 llamadas, 32 perros y 35 gatos); no haberlo castrado y que éste haya criado (63 llamadas, 30 perros y 33 gatos); dueño enfermo o persona mayor (41 llamadas, 27 perros y 14 gatos), y la marcha a otra ciudad o vuelta a su país (39 llamadas, 24 perros y 15 gatos).
Otros motivos son los problemas de comportamiento del animal (36 llamadas, 23 perros y 13 gatos); la alergia de un miembro de la familia (35 llamadas, 16 perros y 19 gatos); ansiedad por separación y consiguientes quejas de los vecinos (20 llamadas, 14 perros y 6 gatos), y la llegada de un hijo a la familia (16 llamadas, 12 perros y 4 gatos).
Perros peligrosos
La Lliga per a la Protecció d’Animals i Plantes de Barcelona ha detectado, además, un repunte de abandonos de Perros Potencialmente Peligrosos (PPP). De las 606 llamadas recibidas en el periodo contabilizado, 48 correspondieron al abandono de uno de estos perros: 13 en el mes de octubre; 16 en noviembre; 8 en diciembre; 10 en enero y una en febrero. “Creemos que estos datos serían más elevados, ya que mucha gente no informa, cuando nos llama, de que su perro es potencialmente peligroso”, añade Solé.
En Cataluña, se consideran PPP algunas razas como el dóberman, dogo argentino, mastín napolitano, pit bull y rottweiler, entre otros, así como también sus cruces, además de los que han tenido episodios de agresiones o los que hayan sido adiestrados para el ataque y la defensa. Para tener un PPP es necesaria una licencia administrativa que ha de renovarse cada cinco años; deben ir atados con una correa no corredera y llevar bozal; solo puede pasearse uno por persona y está prohibido hacerlos criar.