Hace unos días, DriveSmart publicó un estudio sobre el tiempo que se pierde yendo a trabajar a lo largo de una vida. En ese mismo informe también se revela que Madrid y Barcelona son las ciudades en las que más incidencias de tráfico se han registrado en lo que va de año 2018. A estas dos, aunque a bastante distancia, las siguen La Coruña, Córdoba y Zaragoza. Mientras que en el extremo opuesto, de menos a más, destacan Valencia, Vizcaya y Huelva.

Los días laborables son en los que hay más incidentes al volante. Así, desde el comienzo de año, se han detectado 900.000 incidencias entre los usuarios de la plataforma, y solo 20.000 corresponden a los fines de semana. “Si bien es cierto que el número de trayectos registrados durante los fines de semana frente a los efectuados el resto de la semana se reducen en una cuarta parte”, explican los responsables del análisis.

 

“Cuando nos vemos inmersos en un atasco es normal perder los nervios y la paciencia, con las consecuencias negativas que ello conlleva: realizamos movimientos más bruscos, perdemos la concentración y esto aumenta la probabilidad de sufrir un accidente”, recuerdan desde DriveSmart. “Al volante, la prudencia y el autocontrol son imprescindibles para nuestra seguridad y para la de los demás”.

El exceso de velocidad, la incidencia más habitual

En lo que llevamos de 2018, las incidencias registradas al volante de forma más habitual durante las horas punta en España han sido, por este orden, las siguientes:

  1. Los excesos de velocidad. Hay que adaptar la velocidad a las circunstancias de la vía. Este elemento es clave para mantener una separación adecuada con el vehículo que va delante y poder así reaccionar a tiempo ante un imprevisto. En ningún caso se debe intentar recuperar el tiempo perdido incrementando la velocidad de forma inadecuada. La clave es poder anticiparse y evitar el riesgo.
  2. Aceleraciones y frenazos bruscos. Es fundamental mantener la distancia de seguridad para evitar alcances. En los atascos es habitual acelerar en exceso cuando el tráfico comienza a fluir y esto multiplica el riesgo de choque, ya que es muy probable que la retención se vuelva a producir más adelante.
  3. Mala gestión de las curvas. En un 60% de los casos son tomadas de forma incorrecta. Conviene estar muy atentos a la señalización existente en su proximidad, ya que nos indicará el tipo de curva y su grado. Hay que respetar la limitación de velocidad impuesta o reducirla, de forma que el vehículo entre bien apoyado. En ningún caso se debe entrar acelerando o frenar una vez dentro.