Hay personas que se acuestan muy tarde bien porque les gusta disfrutar del tiempo nocturno, bien porque trabajan o bien porque su cuerpo se ha adaptado a dicho horario. La hora de ir a la cama influye también en la hora de despertarse y esto afecta al ritmo circadiano del cuerpo que determina los momentos de activación del organismo. No funciona igual en personas que se acuestan pronto y madrugan que en las que hacen lo contrario. Ello tiene consecuencias en la salud y, especialmente, en las personas que se acuestan tarde, las cuales pueden tener más posibilidades de morir por determinadas causas.
Un estudio en más de 433.000 personas realizado a lo largo de seis años por parte de las británicas Universidad de Surrey y Universidad de Northwestern ha sido el que ha arrojado estos resultados. La investigación, publicada en la revista científica Chronobiology International ha concluido que en las personas que tienden a dormir más tarde aumenta un 10% su riesgo de muerte. Estos patrones de sueño afectan a la salud y están asociados con una mayor posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, respiratorias y diabetes.
Un ordenador encendido en la oscuridad en una imagen de archivo / CREATIVE COMMONS
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Problemas con el ritmo circadiano
El principal problema que establecen los investigadores es que, en el día a día, la mayoría de actividades y obligaciones se realizan por la mañana. Esto es estudiar o trabajar, por ejemplo. Las personas que se duermen tarde no alcanzan a descansar lo suficiente. El ritmo circadiano determina que a ciertas horas el cuerpo aún no esté activo y no rinda igual. No obstante, las responsabilidades de estas personas les obligan a tener que estar operativas a unas horas en las que su cuerpo aún no responde adecuadamente. Esto puede provocar estrés y problemas de salud.