"Soy prostituta, enana y transexual y soy libre". Son las palabras de Marilyn --nombre real V.--, una trabajadora sexual de 20 años transgénero que subraya que ejerce "libremente". En conversación con este medio, la influencer --la siguen más de 5.000 en Instagram-- rechaza ser víctima de la trata de blancas, admite que su oficio es algo temporal hasta empezar estudios de diseñadora de moda y avanza que "vienen a verla clientes de todo el país" a Barcelona. Accede a conversar con Crónica Global de inmediato: "No me asustan los periodistas ni nadie".
-Hizo usted huelga el 8 de marzo?
-¿Por qué? No tengo porqué hacerla.
-Por la igualdad entre mujeres y hombres en todos los campos: el laboral, la sociedad, etc.
-Las mujeres ya somos libres hace años. En mi caso el jueves trabajé, que es lo que me hace libre.
-¿Qué le diría a las mujeres que se manifestaron?
-Que las respeto. Pero que yo ejercí mi libertad a mi manera.
-Usted es transgénero. ¿Cuándo empezó su transición?
-A los cinco años ya me sentía mujer. A los trece se lo dije a mis padres.
Marilyn en una de sus imágenes en Instagram
-¿Cómo se lo tomó su familia?
-Fatal. No me aceptaron. Me pegaban. Y, además, en el colegio me acosaban. Fue terrible.
-¿Cuándo empezó el cambio?
-Cuando llegué a la mayoría de edad. Entonces pude hacer realmente lo que quería y ser quien soy.
-¿Cómo es ejercer el trabajo sexual y transicionar de hombre a mujer?
-Muy duro. A los cambios en el cuerpo se le suma la dureza de la ocupación.
-¿Está usted explotada?
-En absoluto. Ejerzo libremente. Nadie me obliga. Pero es duro. La gente tiene que aceptar que gane más que un médico o un abogado.
-Usted es de origen rumano. ¿No teme la trata de blancas?
-Llegué a España con tres años. Ahora tengo veinte. He vivido en Bilbao y Barcelona. A Rumanía no volveré. ¿La trata? La hay, pero en su mayoría es o cosa del pasado o muy minoritaria.
-¿Qué clientes la visitan?
-Mayores de 50 años. La inmensa mayoría. Les gusta cómo soy, les da morbo. Que me disfrace y demás.
-¿Se siente usted cómoda?
-Sí. Es parte del juego. No hacemos daño a nadie.
-¿Y a usted en persona? ¿La respetan? ¿La tratan dignamente y no la denigran?
-Sí, todos. Soy una persona normal, bajita pero normal. Pasamos un rato agradable jugando a los roles y disfraces y punto.
-¿Los hombres que la acompañan están casados o tienen pareja?
-La mayoría sí. Vienen a buscar algo que en su matrimonio jamás encontrarán.
-Y parejas o mujeres, ¿vienen?
-No.
-¿Tiene clientes que repiten?
-Sí, hay gente que me visita cada dos o tres semanas.
Marilyn: prostituta, enana y transexual
-¿Y de otras partes de España?
-Cada vez más. Está corriendo la voz y vienen a verme expresamente desde otras autonomías. Les da curiosidad, morbo.
-Está usted en Barcelona. ¿Qué le parece la ciudad?
-Me encanta. La tolerancia está muy presente. La gente te acepta tal como eres. Uno puede ser gay, lesbiana o transexual, como yo, y la gente la respetará. Quizá mirarán, pero respetarán. Y aquí vivo con mi hermano.
-¿Cómo se ve en diez años?
-Siendo diseñadora de moda. Quiero vivir en París (Francia) o Italia y estudiar para crear conjuntos. En España este campo es muy limitado. En otros países hay las mejores escuelas.
-¿No ejercerá para siempre?
-No. El trabajo es muy duro. Me operaré y, cuando reúna el dinero que yo quiero, lo dejaré.
-¿Se pone usted horario? Usted está en internet y hablan mucho de su persona.
-Si pones que estás disponible las 24 horas, no dejarán de llamarte y enviarte mensajes. Yo pongo el móvil en silencio y punto. A tal hora acabo y ya está.
-La prostitución, ¿es explotación de la mujer?
-En absoluto. Si una es libre, hace con su cuerpo lo que quiere. Yo mido 1,30 metros y con este cuerpo pequeño hago lo que me plazca.
-¿Prohibiría la prostitución o multaría a los clientes? Hay un sector del feminismo que defiende la abolición.
-¿De qué serviría? Siempre estará ahí. Ocurre en todos los países. En todas las sociedades. La puedes prohibir, pero no desaparecerá. Simplemente que las cosas se hagan bien y no se esclavice a nadie.
-Tener enanismo, ¿condena a la discriminación?
-En mi caso, no lo siento. La gente mira mucho, de reojo y tal. Pero nunca me hicieron ningún comentario. Nunca. Ven a una mujer --porque cada vez lo parezco más-- pequeñita y ya está. Estoy en un bar y se me acercan hombres como a cualquier otra fémina.
-Usted maneja las redes sociales con maestría. Su Instagram, @valentinavalshe, es un éxito.
-Internet lo ha cambiado todo. También ha cambiado la manera de tener sexo. Si quieres una cosa, te conectas y la tienes. Lo hace fácil para los clientes, difícil para las que nos dedicamos a ello.