Quiso (o, al menos, lo contempló) pero no pudo. Carles Puigdemont trató de regresar a Cataluña a finales de 2017, inmediatamente después del recuento de votos tras las elecciones del 21 de diciembre.
Su equipo de seguridad, tutelado por mandos de los Mossos d'Esquadra, diseñó dos planes para el eventual traslado del expresident a territorio catalán. Unos de ellos, según han confirmado a este medio fuentes policiales, consistía en transportar en barco a Puigdemont desde Francia hasta un puerto situado en la barcelonesa comarca del Maresme. El barco sería propiedad de un adinerado simpatizante de la ANC y conocido del propio expresident.
Por mar y aire
El otro plan urdido por su equipo de mossos consistía en trasladar a Puigdemont desde Bélgica, Suiza o Francia en avioneta. En este sentido, un mando de la unidad de escoltas de los Mossos se encargó de captar para tal fin a un agente domiciliado en Girona cuya esposa es propietaria de una empresa que se dedica al alquiler de avionetas.
El contacto se estableció pero se ignora si este mosso accedió a no a participar en tal estratagema. Finalmente, ni la opción del barco ni la de la avioneta cuajaron, quizá al saberse Puigdemont monitorizado por el CNI o por agentes de inteligencia del CNP o de la Guardia Civil.
Investigación abierta
Fuentes policiales han trasladado estos datos a la DAI a fin y efecto de que queden debidamente incorporados en los informes que se están elaborando sobre la huida de Puigdemont al extranjero y que a través de la fiscalía recaerán en breve en sede judicial.